Pacocol.
Si yo quisiera, por ejemplo, laborar en una biblioteca pública de
Barranquilla, trabajar de maestro de religión en una escuela de primaria
estatal en una vereda remota del departamento de Vichada o aspirar al
Concejo municipal de Cartagena del Chairá, no podría. La razón es muy
simple: Hice parte de la guerrilla y aunque pasé 10 años y 12 días
físicos en la prisión pagando una condena, la pena accesoria que me
impuso un juez de la república me impide contratar con el Estado o
aspirar a un cargo de elección popular. Es lo que dice el actual marco
constitucional de Colombia y contra esto no valen aleteos.
Por: Yezid Arteta Dávila
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