Agencia de Noticias UN -Bogotá D. C., abr. 28 de 2013 -
Representantes de diferentes sectores que discuten en el Foro sobre
Participación Política coincidieron en que una reforma electoral es
necesaria para la construcción democrática de la paz.
Con una aportación amplia, pluralista y respetuosa de todos los sectores de la sociedad, durante el segundo panel de la primera jornada de este espacio, organizado por la Universidad Nacional de Colombia y la ONU, se discutió el tema de los partidos políticos, los movimientos sociales y la participación política y ciudadana en la construcción de la paz.
Así, cada uno de los delegados presentó ante los asistentes de los 32 departamentos de Colombia sus propuestas.
El representante del Partido de la U y actual presidente del Senado de la República, Roy Barreras, comenzó su intervención diciendo que “se necesita más coraje y valor para hacer la paz que para hacer la guerra”.
Insistió en que es más fácil afirmar que en el conflicto armado del país todos somos víctimas, pero es más difícil decir que todos somos victimarios.
“Las Farc deben hacer ese reconocimiento de responsabilidades, deben pedir perdón a sus víctimas”. Hizo hincapié en que habrá justicia transicional: plena garantía del esclarecimiento de la verdad y garantías de no repetición.
Además, expresó que las minorías quieren ejercer la política sin armas, para lo que es necesario una “reforma política electoral para la oposición con o sin paz”.
El vocero de la Mesa Nacional de Organizaciones Afrocolombianas recordó la masacre de Bojayá, en la que hubo 120 muertos y más de 60 heridos y muchos desaparecidos, como muestra de la injusticia histórica y de la violencia contra la población afrocolombiana.
Reclamó una reforma electoral: “En el país no vale la participación de los sectores organizados porque las elecciones y las curules tienen precio desde el Consejo Electoral y son robadas por las maquinarias que compran a los jurados de votación”.
Y el delegado de las zonas de reserva campesinas, César Jerez, destacó la acción de cuarenta mil campesinos en la exigencia rotunda a las partes (Gobierno y Farc) de llegar a acuerdos para solucionar el problema de la tierra, terminar el conflicto y allanar el camino hacia una paz verdadera con justicia social.
Para Jerez, la participación política comprende “el reconocimiento de los campesinos como sujetos de derechos políticos en la definición, a través de una nueva institucionalidad agraria”.
Su parte, Clara López, presidenta del partido Polo Democrático Alternativo, reiteró que “es necesario que se concreten fórmulas de participación política para los alzados en armas que ingresen a la vida civil”.
Insistió en que el proceso de paz requiere unas reglas de juego en justicia transicional como garantía para hacer política: “Así como Colombia ocupa el primer lugar en desigualdad económica, también ocupa el primero en materia de desigualdad política”.
Olga Amparo Sánchez, de la organización Mujeres por la Paz, habló sobre la revolución sin ejercicio de la violencia y la forma distinta de hacer política de las mujeres con la que están reivindicando sus derechos.
“Como sujetos de derechos, como electoras, a través de la resistencia, hacemos frente, ejercemos resistencia. Hemos dado a nuestros hijos a la guerra: a la insurgencia, a los paramilitares, a la fuerza pública. Y el país tiene como compromiso no seguir sacrificando nuestros hijos”, manifestó.
Y demandó para las mujeres un poder electoral autónomo, un estatuto de oposición: “las mujeres queremos democracia en la cama y acuerdo de paz en La Habana”.
Por su parte, Omar Calderón, vocero de la Unión Patriótica, hizo un recorrido histórico por la labor de este movimiento político y aseveró: “una izquierda sabe gobernar; una participación política requiere condiciones de no repetición y fórmulas de poder compartido”.
Luis Fernando Arias, delegado de la Organización Nacional Indígena, expresó: “la principal petición de nuestro movimiento, que es pueblo y sociedad civil, es que el fiscal, el procurador, el defensor y el contralor sean elegidos por el pueblo”.
Para Antonio Navarro Wolf, representante del Movimiento Progresistas: “la participación política no solo debe ser para las elecciones después del proceso de paz, debe ser garantía de continuidad de la paz y de la democracia, del futuro que merece Colombia”.
Como mecanismos de participación política, John Sudarsky, vocero del Partido Verde, puso sobre la mesa la idea de que los desmovilizados por primera vez participen en las elecciones de marzo de 2014.
Y afirmó que uno de los mecanismos reales para combatir la ausencia de democracia participativa es una reforma electoral que “mantenga igualdad de votos con curules y que garantice un sistema electoral mixto”.
El panel concluyó con la intervención de Piedad Córdoba, representante de Marcha Patriótica, con un discurso en el que mencionó algunas cifras de desigualdad del país por las cuales la paz no es posible.
“Donde hay discriminación no hay paz. Donde la salud es un negocio no hay paz. Donde hay veinte millones de hombres y mujeres en pobreza extrema no puede haber paz. Donde seis de cada diez campesinos vive de la violencia no puede haber paz. Donde veinticinco millones de colombianos y colombianas no ejercen su derecho electoral no puede haber paz”.
Y propuso: “la construcción de una rama del poder popular, la promulgación de estatutos de régimen electoral para combatir el clientelismo, la implementación del voto electrónico, la creación del estatuto de la oposición, una reforma doctrinal de las fuerzas militares y la democratización de los medios de comunicación”.
(Por:Fin/ldc/CAPG/fgd)
N° 930
Con una aportación amplia, pluralista y respetuosa de todos los sectores de la sociedad, durante el segundo panel de la primera jornada de este espacio, organizado por la Universidad Nacional de Colombia y la ONU, se discutió el tema de los partidos políticos, los movimientos sociales y la participación política y ciudadana en la construcción de la paz.
Así, cada uno de los delegados presentó ante los asistentes de los 32 departamentos de Colombia sus propuestas.
El representante del Partido de la U y actual presidente del Senado de la República, Roy Barreras, comenzó su intervención diciendo que “se necesita más coraje y valor para hacer la paz que para hacer la guerra”.
Insistió en que es más fácil afirmar que en el conflicto armado del país todos somos víctimas, pero es más difícil decir que todos somos victimarios.
“Las Farc deben hacer ese reconocimiento de responsabilidades, deben pedir perdón a sus víctimas”. Hizo hincapié en que habrá justicia transicional: plena garantía del esclarecimiento de la verdad y garantías de no repetición.
Además, expresó que las minorías quieren ejercer la política sin armas, para lo que es necesario una “reforma política electoral para la oposición con o sin paz”.
El vocero de la Mesa Nacional de Organizaciones Afrocolombianas recordó la masacre de Bojayá, en la que hubo 120 muertos y más de 60 heridos y muchos desaparecidos, como muestra de la injusticia histórica y de la violencia contra la población afrocolombiana.
Reclamó una reforma electoral: “En el país no vale la participación de los sectores organizados porque las elecciones y las curules tienen precio desde el Consejo Electoral y son robadas por las maquinarias que compran a los jurados de votación”.
Y el delegado de las zonas de reserva campesinas, César Jerez, destacó la acción de cuarenta mil campesinos en la exigencia rotunda a las partes (Gobierno y Farc) de llegar a acuerdos para solucionar el problema de la tierra, terminar el conflicto y allanar el camino hacia una paz verdadera con justicia social.
Para Jerez, la participación política comprende “el reconocimiento de los campesinos como sujetos de derechos políticos en la definición, a través de una nueva institucionalidad agraria”.
Su parte, Clara López, presidenta del partido Polo Democrático Alternativo, reiteró que “es necesario que se concreten fórmulas de participación política para los alzados en armas que ingresen a la vida civil”.
Insistió en que el proceso de paz requiere unas reglas de juego en justicia transicional como garantía para hacer política: “Así como Colombia ocupa el primer lugar en desigualdad económica, también ocupa el primero en materia de desigualdad política”.
Olga Amparo Sánchez, de la organización Mujeres por la Paz, habló sobre la revolución sin ejercicio de la violencia y la forma distinta de hacer política de las mujeres con la que están reivindicando sus derechos.
“Como sujetos de derechos, como electoras, a través de la resistencia, hacemos frente, ejercemos resistencia. Hemos dado a nuestros hijos a la guerra: a la insurgencia, a los paramilitares, a la fuerza pública. Y el país tiene como compromiso no seguir sacrificando nuestros hijos”, manifestó.
Y demandó para las mujeres un poder electoral autónomo, un estatuto de oposición: “las mujeres queremos democracia en la cama y acuerdo de paz en La Habana”.
Por su parte, Omar Calderón, vocero de la Unión Patriótica, hizo un recorrido histórico por la labor de este movimiento político y aseveró: “una izquierda sabe gobernar; una participación política requiere condiciones de no repetición y fórmulas de poder compartido”.
Luis Fernando Arias, delegado de la Organización Nacional Indígena, expresó: “la principal petición de nuestro movimiento, que es pueblo y sociedad civil, es que el fiscal, el procurador, el defensor y el contralor sean elegidos por el pueblo”.
Para Antonio Navarro Wolf, representante del Movimiento Progresistas: “la participación política no solo debe ser para las elecciones después del proceso de paz, debe ser garantía de continuidad de la paz y de la democracia, del futuro que merece Colombia”.
Como mecanismos de participación política, John Sudarsky, vocero del Partido Verde, puso sobre la mesa la idea de que los desmovilizados por primera vez participen en las elecciones de marzo de 2014.
Y afirmó que uno de los mecanismos reales para combatir la ausencia de democracia participativa es una reforma electoral que “mantenga igualdad de votos con curules y que garantice un sistema electoral mixto”.
El panel concluyó con la intervención de Piedad Córdoba, representante de Marcha Patriótica, con un discurso en el que mencionó algunas cifras de desigualdad del país por las cuales la paz no es posible.
“Donde hay discriminación no hay paz. Donde la salud es un negocio no hay paz. Donde hay veinte millones de hombres y mujeres en pobreza extrema no puede haber paz. Donde seis de cada diez campesinos vive de la violencia no puede haber paz. Donde veinticinco millones de colombianos y colombianas no ejercen su derecho electoral no puede haber paz”.
Y propuso: “la construcción de una rama del poder popular, la promulgación de estatutos de régimen electoral para combatir el clientelismo, la implementación del voto electrónico, la creación del estatuto de la oposición, una reforma doctrinal de las fuerzas militares y la democratización de los medios de comunicación”.
(Por:Fin/ldc/CAPG/fgd)
N° 930
Publicar un comentario