José María
Carbonell, Cambio Total.
El militarismo –que
es lo mismo que decir fascismo- está desbocado. Mata y amenaza a todo el mundo.
Asesina a los líderes
populares que luchan por la restitución verdadera de sus tierras. Y allí se
hacen llamar « ejército anti-restitución ».
Amenaza a
periodistas. Asesina sindicalistas, a cuenta gotas. Y se hace llamar « Aguilas
negras ».
Asesina a
miembros de la Marcha Patriótica –ya van 8 miembros-, lo cual nos hace recordar
que así empezaron el genocidio de la U.P. Y se hace llamar BACRIM.
Van dándoles
diferentes nombres de acuerdo con la región o personas asesinadas. En esa maniobra
de « camouflage » participan los medios en poder de la oligarquía
colombiana.
Pero son lo mismo
desde hace más de 60 años. Son los mismos que asesinaron a J.E. Gaitán. Son los
mismos que pusieron a pelear a los liberales y godos entre sí que produjo 300
mil víctimas y 2 millones de desplazados internos, amén de la pérdida de sus
tierras. Ah !, la Tierra.
Son los mismos
que asesinaron a Guadalupe Salcedo y Carlos Pizarro León-Gómez. Son los mismos
que asesinaron a Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo Ossa y miles de líderes
más de la U.P.
Son los mismos
que adelantan la más cruel, sanguinaria y sistemática política de exterminio. Son
los que adelantan el Terrorismo de Estado.
Unos fungen como
presidentes de la república. 17 para ser exactos. Otros son generales de las
fuerzas militares, creadores de mostruosas criaturas como los « sicarios »,
los « Mochacabezas », y demás.
Otros se dedican
a la politiquería. Asesinan o mandan asesinar para que nadie les arrebate la « perla
de la corona », el erario público. Se alían con narcotraficantes y se
vuelven narcotraficantes. Se alían con el mismísimo diablo, aunque el diablo se
haga llamar fuerzas militares. Otros se vuelven « respetables juristas »
que llegan a las Altas Cortes, y allí administran su putrefacta justicia. Otros
de hacen elegir « procurador » con ayuda de « izquierdosos ».
A veces
privilegian una u otra violación de derechos humanos, es decir, la forma de
asesinar colombianos. Masacres, desapariciones, ejecuciones extrajudiciales,
desplazamientos. Pero todos las practican. De a mucho o de a poco. Van
produciendo el desangre del movimiento popular de acuerdo con el momento de « flujo
o reflujo » de éste.
Hay un momento
político que los enloquece. Los diálogos de Paz. Impiden cualquier salida
diferente a la guerra porque la guerra es su negocio, su « business ».
O su « poder ». Apenas comienzan unos diálogos de Paz se emborrachan
con la sangre de los colombianos pobres. La derraman en cantidades
industriales. Asesinan desbocadamente y con sevicia. Incluso muchas veces se
les « va la mano » y amenazan a su propia gente.
La locura que les
produce los diálogos de Paz impide ver que «una Paz mal concebida es preferible
que una guerra triunfante ». Mas nunca lo entenderán. Estan alcoholizados con
la sangre de los colombianos. Se hace urgente un proceso de desintoxicación. Es
una imperiosa necesidad.
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