En una extensa entrevista brindada a La Garganta Poderosa, la
revista de cultura villera escrita, fotografiada, dirigida y financiada
por vecinos de distintos barrios marginados de la Argentina, el
reconocido y comprometido escritor Eduardo Galeano se refirió a la
reciente destitución de Lugo.
En una extensa entrevista brindada a La Garganta Poderosa,
la revista de cultura villera escrita, fotografiada, dirigida y
financiada por vecinos de distintos barrios marginados de la Argentina,
el reconocido y comprometido escritor Eduardo Galeano se refirió a la reciente destitución de Fernando Lugo
como presidente de Paraguay: “Claramente, fue un golpe de Estado, que
además estuvo mal maquillado. Se cayó la mascarita a los pocos minutos, y
son vanas las pretensiones de disfrazar eso cuando dicen “bueno, se
trata de un acto legal”. Hasta la propia sentencia que declara culpable a
Fernando Lugo, termina aclarando que no hay pruebas, pero que no son
necesarias porque se tratan de acontecimientos de público conocimiento, o
sea que ellos mismos confiesan que esto es un perfecto mamarracho, y es
un mamarracho al servicio de los intereses opuestos a la independencia
del Paraguay”.
El autor del libro Las venas abiertas de América Latina
explicó por qué se sucedió el golpe contra Lugo: “Hubo un gobierno que
quiso recuperar esa tradición de dignidad, que no estaba muerta.
Entonces Lugo intentó, muy tímidamente, iniciar algunos cambios
destinados a que el Paraguay volviera a ser el país más independiente de
todos, el más justo, y eso fue un pecado imperdonable, desde el punto
de vista de los dueños del poder. Siempre ocurre algo similar cada vez
que hay tentativas de cambiar las cosas, porque eso se vive como una
amenaza desde el enfoque de los dueños del orden establecido, que no
quieren que nada cambie. Ellos lo viven como un peligro, una amenaza,
aunque no sea en realidad un peligro grave, porque ni en Honduras ni en
Paraguay había presidentes embarcados en revoluciones muy profundas, ni
nada que se les parezca. Apenas anunciaron que empezaban a hacer, o que
tenían la intención de hacer, alguna reforma. Si eso bastó para
voltearlos, lo que quiere decir es que hay un veto, que yo supongo que
viene de más arriba, que está más allá de los gobiernos que nos
gobiernan, o que hay quienes gobiernan a esos gobiernos, gobernados
desde afuera y desde arriba”.
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