José María Carbonell, NotiColombia Press.
Los recientes
acontecimientos del golpe instaurado por el imperio estadounidense con la
cofradía de la oligarquía nativa en Paraguay nos hace recordar que el imperio
no ha necesitado ni necesitará excusas para imponer sus política. A sangre y
fuego. Listo ! Lo hace sin remiglos. Lo hace sin santiguarse, siquiera.
Son los
seudorevolucionarios los que necesitan « excusas » para decir que son
revolucionarios o para adelantar « su lucha ». Son los
seudorevolucionarios los que necesitan ganar la indulgencia del imperio para
adelantar la forma de lucha que tiene que adelantar el pueblo ante la planteada
forma de lucha que adelanta tanto la oligarquía como el imperio.
No son los
pueblos los que deciden las formas de lucha. Si fuera así, siempre y por
siempre escogeríamos la forma menos dolorosa. Y todos sabemos que esa forma menos
dolorosa son las elecciones. Porque esa forma es la que menos sufrimientos y
sacrificio le exige al pueblo. Pero como no es el pueblo el que escoge la forma
de lucha, le toca siempre « bailar con la más fea ».
Así fue cuando
las luchas por la liberación nacional y el socialismo en el siglo pasado. Bien
lo decían Marx y posteriormente Lenin. Y el imperio no necesito excusas para
subvertir el orden socialista en los países del campo socialista. Para ello
contó con la colaboración del enemigo jurado del socialismo, la Iglesia
católica. A través de sus iglesias hicieron circular miles de millones de
panfletos contrarevolucionarios.
Que ahora se diga
que el imperio necesita de la excusa de la lucha guerrillera para poder
adelantar su injerencia nefasta en nuestros países no es más que la simpleza de
algunos revolucionarios. Nunca ha necesitado el imperio esa « excusa ».
Menos ahora que, en su desesperación ante su inevitable fin, lanza su mano
ensangrentada para apoderarse de todos los recursos naturales de nuestros
pueblos para paliar su crisis.
Qué le ha
importado al imperio la opinión de los pueblos sobre los que lanza su aparato
militar-político ? Sólo las almas timoratas de los « seudo-revolucionarios »
se sienten en la necesidad « moral » de condenar el derecho a la
rebelión de los pueblos en momentos en que al imperio le importa un bledo lo
que piensen los demás. Ellos van a lo suyo, sin importar los medios.
Ahí están los
ejemplos de Chile en 1973. Ahí está el ejemplo de Libia. Ahí está el ejemplo de
Siria, en dónde después de una gran cantidad de años de estar subvencionando
células « terroristas » ahora lanza sus perros mercenarios a darse el
festín con el pueblo desarmado, inerme. Ahí está el ejemplo de Irak y sus más
de un millón de víctimas producida por la invasión del imperio. Ahí está el
ejemplo de Afganistán. Ahí está el ejemplo de Pakistán.
Los
revolucionarios entendemos que en la lucha lo que es moral es todo aquello que
sirva a los intereses del pueblo. No hay que sentir ramalazos de vergüenza
porque al pueblo en su lucha le toca recurrir a formas de lucha poco « ortodoxas »
desde el punto de vista moral burgués o pequeño-burgués. La moral revolucionaria es la moral del
pueblo y lo que sirve a su lucha. Así tiene que ser para poder enfrentar con
probabilidades de éxito a la poderosísima maquinaria de guerra del imperio. Ello
lo probó el heroico pueblo de Vietnam que aún hoy con su gesta heroica nos
sigue iluminando nuestro camino.
Así que dejémonos
de paparruchadas !
ADENDO : He
escuchado las canciones del revolucionario guerrillero Julián Conrado
producidas desde La Carraca de Caracas. Hermosos poemas de amor. En cierta
ocasión alcancé a disfrutar en vivo el cantar de éste poeta de la lucha
revolucionario quien con Alí Primera, Víctor Jara, Silvio Rodríguez, hace honor a la lucha de los pueblos
latinoamericanos. Honor a quien honor merece. Un Bravo ! que sale del alma.
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