Cambio Total.
Ya van más de 154 líderes sociales –DH, reclamantes de tierras,
políticos, etc- ejecutados extrajudicialmente en Colombia.
Algunos de ellos ejecutados con toda la mansalva posible ya
que el gobierno, el estado, se negó a brindarles protección.
Esto demuestro solamente
una cosa. El Terrorismo de Estado continúa
incólume su paseo mortal por todo el territorio nacional. No hay otra
explicación.
Que los
narco-paramilitares se quieran apoderar –a sangre y fuego- de las zonas “dejadas”
por las FARC-EP demuestra que el Estado
está jugando –juego mortal- a copar las zonas guerrilleras con esas bandas, al
estilo de El Salvador, por ejemplo.
Ello implica,
naturalmente, que es una política de
estado. Consciente. Que no sea del conocimiento del presidente JM Santos no
nos convence. Santos es de la entraña de los militares militaristas.
Siempre lo ha sido. El Nobel de Paz no cambia la esencia de un representante de
los ”amigos de la guerra”.
Que quiera –a regañadientes- parar la guerra, puede ser.
Pero de ahí, a ser un Mahatma Gandhi, pare
de contar. Quiere parar la guerra porque sabe que no pudieron ganarla y
había que recurrir a otros métodos para quitarse de encima esas ”culebras” que
estaban diseminadas por todo el territorio y, quizá, en un futuro pudieran
superar el empate técnico entre fuerzas militares-narcoparamilitares y
guerrilla.
Desde luego que JM Santos quiere parar la guerra al menor
costo posible para la élite en el poder, su clase. También que se pare a guerra pero que continúe el
statu quo. Un ejemplo, las zidres, ley santista, contra los Acuerdos del Teatro
Colón, que favorece a su clase, los “empresarios” del campo, entre ellos
Sarmiento Angulos, que se ha apoderado de 22.000 hectáreas de baldíos, y a los
Lafauries.
Queda demostrado que el
gobierno Santos a la par del proceso de paz ha decretado una serie de leyes que
favorecen de manera neoliberal a la clase a la que pertenece. En tanto, la
implementación continúa su marcha lenta, lentísima, y se va quedando en el
papel. Como siempre son los acuerdos con el Estado.
El papel aguanta todo,
es el decir.
La comunidad
internacional ve con ojos de perplejidad que mientras las FARC-EP cumple con
todo lo acordado, el estado y su gobierno está incumpliendo lo acordado y, por
el contrario, continúa con sus prácticas terroristas de estado de siempre. A
cuenta gotas, de manera selective, se va produciendo la ejecución extrajudicial
de los líderes populares.
Si lo que pretenden es
seguir produciendo la ruptura del tejido social, se equivocan. Ya nuestro
pueblo está dispuesto, determinado, a continuar reconstruyendo su tejido social
a fin de construir la Paz en una Nueva Colombia, paz con justicia social.
Ya lo vimos en Buenaventura. El gobierno Santos tuvo que firmar un pliego con los
bonavarenses y expidió unas leyes que esperamos no se queden en el papel. Los maestros
están luchando por sus reivindicaciones y por una educación de calidad. El paro
judicial arrancó y producirá traumatismos
en esa rama del poder. Así, de maner paulatina, los sectores populares
han entendido que nada de lo conquistado será un regalo de la élite en el
poder.
Por ello, estamos claros. Organización de Masas, Lucha de Masas,
Resistencia de Masas y nada de aventuras.
/HVT
Publicar un comentario