Domínico Nadal, El Cuento
de la Semana.
Es un país –no era como
comienzan los cuentos-en donde reina la más sórdida explotación de los que nada
poseen. Los
mecanismos son variados. Para ello conforman Carteles, o sea, grupos de
personas que se ”enmafian” para sacar adelante sus proyectos y meter en sus
bolsillos los dineros –el capital, tonto!- y hasta la vida misma, que precedieron a los Carteles de Medellín, de Cali y el de los narco-paramilitares, de entre ellos sobresale el Cartel del CD.
Los Carteles van desde la explotación de los trabajadores –la
plusvalía, idiota!- que la realizan esquilmando su salario, flexibilizando la
jornada laboral, no pagando las horas extras y nocturnas, aumentando la edad de
jubilación (como si fuera un ”desarrollado”), por organizaciones como por
ejemplo la ANDI, la ANIF, etc, pasando por las ”élites” políticas que usan el
narco-paramilitarismo para perpetuarse en el poder (no ves a Vargas Lleras
confabulado con los narco-paramilitares de los Llanos y con la mafia guajira
liderada por ”Kiko” Gómez y que compromete a toda la ”clase” politiquera de ese
departamento para ser senador y aspirar a Presidente. Se imaginan la
pestilencia que emanará del palacio presidencial?).
Continúa con los carteles que se apoderan de los recursos de
la salud como ”los carteles de la hemofilia, del síndrome de Down y de la salud
mental -los dos primeros en Córdoba y el
tercero en Sucre- dejaron al descubierto la facilidad conque gobernantes,
funcionarios, médicos y particulares sustrajeron casi 70.000 millones de pesos
como si ellos estuvieran pagando favores de todo cuño, a juzgar por el descaro
con que lo hicieron” (El Tiempo). Pero no son ellos solos, los
narco-paramilitares tienen atenazada como una garra el sector salud y al que se
oponga, sencillamente lo asesinan.
Todavía falta destapar los Carteles de la Educación y de
cuanto rubro mueva dinero estatal –pagado por todos los colombianos- para caer
sobre ellos y desaparecerlos, ni se diga de Ecopetrol y demás empresas del
Estado, que las están privatizando para construir infraestructura –y de ahí
sale la coima como lo de Odebrecht-, dejando a los colombianos sin el oro y sin
el moro.
Acertadamente Allende La Paz señala que el problema
principal del pueblo colombiano es soportar el capitalismo adelantado por todos
los presidentes y desde Barco Vargas y Cesarín Gaviria en su variante más
salvaje, el Neoliberalismo. De allí nacen todas nuestras desgracias, sin lugar
a dudas.
De el capitalismo
neoliberal se deriva la corrupción que tanto preocupa a algunos politicos de “izquierda”,
buscando como siempre la fiebre en las sábanas, confundiendo al pueblo que no
prioriza los blancos y se va por las ramas.
Colombia está permeada por los Carteles de todo tipo que pululan
en la vida nacional. Afortunadamente, en Mayo 2017 se constituirá un partido de
Nuevo Tipo, con hombres probos, que entregaban hasta la vida misma por el
pueblo. La lucha apenas empieza y ya vemos todos los obstáculos que los
corruptos le interponen a la Implementación del Acuerdo Final por una Paz justa
y duradera, que es lo que quiere el pueblo colombiano como lo evidencia la
alborozo de los pobladores al paso de las caravanas que llevaban los
guerrilleros de las FARC-EP a las Zonas Veredales (ZVTN).
Esa lucha será titánica, pero los colombianos de bien
estamos preparándonos para adelantarla. Nada nos arredra. Vamos por la Nueva
Colombia en paz con justicia social.
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