Un cuento que ha hecho carrera es la supuesta pelea política entre el presidente JM Santos y el narco-paramilitar No 82 y ex-presidente Álvaro Uribe Vélez.
Ésta oligarquía habilidosa en el arte de mantener a los colombianos ”ocupados” en discutir lo que a ellos les interesa –con la ayuda claro está de sus medios de comunicación-, se inventó la supuesta polarización y ha puesto todos los dos períodos de JM Santos a los colombianos a gastar saliva y ríos de tinta.
En ciertas ocasiones hemos señalado en Cambio Total que eso es una jugarreta. Los hemos calificado como la ”tenaza” que aprieta por igual por ambos lados al punto que produce un rompimiento de toda la estructura atenazada –en este caso, el pueblo colombiano-.
Evidentemente que hay intereses personales. El Número 82 quiere recuperar todalmente el “poder” para re-fundar su patria narco-para-terrateniente-ganadera y JM Santos quiere que sus conmilitones sigan pelechando en el poder como lo han hecho durante más de 200 años –excepción unos cuántos períodos-, pero ambos se ponen de acuerdo cuando es imprescindible hacerlo.
JM Santos se inventó el llamado “Plebiscito” –sin ninguna necesidad, como él mismo reconoce, pero a posteriori- y delineó claramente los campos. El Sí –liderado por él, excluyendo a las FARC-EP-, y el No –liderado por el Número 82, odiando a las FARC-, pero ambos defienden el regimen burgués, el de los riquitos.
Por un lado el No –lo llaman también el “Nunca jamás”- defiende el “derecho inalienable” de los empresarios del campo, de los ganaderos, los terratenientes, de utilizar su herramienta narco-paramilitar para apropiarse de las tierras de los campesinos –produciendo 7,5 millones de empobrecidos Desplazados forzosos- y de los baldios, mejor todavía si ha habido campesinos que “civilizan” la tierra, es decir, descuajan selva y bosques mediante la tala, los cuales nunca más volverán a ser.
Por el Sí siguen en su manipulación de legislar para los poderosos empresarios –Multinacionales incluídas- como se ha hecho evidente con la Reforma Tributaria, el Salario mínimo, la no reducción del aporte de trabajadores a la Salud del 14% al 4%, y la exención de la renta de los empresarios dizque para “producer empleo”.
Ambos no tienen empacho en utilizar sus aparatos de represión cuando el pueblo se levanta –no se emberraca porque esa es una acción irracional y los paros del pueblo son una acción racional, “maseada”, pensada- por sus reivindicaciones más sentidas. Ya sabemos cómo las gasta el ESMAD o las fuerzas militares cuando van al campo a “orden público” en donde actúan como un ejército de invasión.
Nos llama la atención -en éste contexto- que Martíncito Santos, hijo de JM Santos, amenace al ELN, como un “generalote” de las Fuerzas Militares precisamente, con los militares si no se avienen a “dialogar”, cuando todos sabemos que “pagó” el Servicio Militar cobardemente resguardado por 3.000 soldados en la Base Militar de Tolemaida.
Nuestro pueblo está claro que los dos miembros de la élite en el poder –expliquen por qué Uribhitler sigue teniendo cuotas burocráticas en el estado- no son solución a sus ingentes problemas. Por ello, esté construyendo una coalición popular con planteamientos verdaderamente revolucionarios, es decir, una plataforma y un programa que entre a resolver los problemas del pueblo y satisfacer sus necesidades básicas primarias en primer lugar (trabajo, desempleo, vivienda, salud, educación, cultura, etc).
Por ello no debemos dejar que nos metan los dedos en la boca y quién sabe qué más… Vamos a ejercer nuestro derecho de tomar en nuestras manos nuestro propio destino. Unidad, organización, lucha y Resistencia…
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