Comienza la
Refrendación y la Implementación y los reflectores apuntan al sucesor del presidente
Santos en 2018.
Firmado el Acuerdo
Definitivo, el Acuerdo de la Esperanza, seguirá otra etapa en la Construcción de la Paz. Ya el Plebiscito es
cosa del pasado. Superamos la guerra impuesta y –ojalá- la forma de hacer política con
las armas recetadas por el imperio estadounidense a la oligarquía
criolla. Empieza la Construcción de la Paz en el terreno y la Refrendación y, casi al
mismo tiempo, la Implementación son los pasos a seguir.
Ésta etapa es supremamente compleja y complicada. Es el nudo
central de la construcción de la Paz. Tendrá el Gobierno de JM Santos que
tensar la cuerda al máximo para ir avanzando e ir ganando espacios pacíficos
que mejoren el clima político-social. Las
FARC-EP por su parte, irán cumpliendo lo que a ellas concierne, con la misma
seriedad conque acometió el Proceso de Negociación.
Al pueblo le compete la defensa
de la Paz ya que ésta no es un logro de las FARC-EP, sino un logro de todo el
pueblo colombiano que es el que ha sufrido los estragos de la guerra fratricida
durante 52 años por culpa de una oligarquía troglodita, terca, que convirtió
nuestro país en laboratorio de guerra contrainsurgente para satisfacer los
apetitos del imperio estadounidense, quién ha sido el gran usufructuario de esta
Guerra ya que amparado por ella expolió –robó- nuestras riquezas naturales.
La defensa popular de la
Paz será en la calle, mediante la movilización como hasta ahora se ha venido
haciendo, elevándola a la N potencia, utilizando las mil maneras de
manifestarse, marchas, tomas pacíficas de pueblos, mingas, foros, mítines relámpagos,
conciertos, etc, etc, que mostrarán –y reducirán- a los “enemigos de la Paz”
que el pueblo quiere y cuidará definitivamente la Paz.
En ese orden de ideas, salta una preocupación de primer
orden. El gobierno de JuanMa Santos en 2018 dará lugar a su sucesor. Éste sucesor debería ser alguien comprometido con la
Paz, que haya participado activamente en favor de la consecución de tan noble
objetivo. Ya hay dos o tres candidatos que sobresalen con todas las luces.
Contrario a nuestro parecer, así como no fue factor determinante en anteriores
procesos con las FARC-EP, en éste proceso jugó un papel fundamental.
Desde luego que un “enemigo
agazapado” de la Paz no puede ser el candidato que lleve a feliz término la
construcción de la Paz. Máxime cuando su visión es idéntica a los “enemigos”
declarados de la Paz. Ya mostró su catadura al manifestarse en contra del
Acuerdo Final. Me refiero a Vargas-Lleras. Individuos como él lo que harían
sería retrotraer el Acuerdo Definitivo a la etapa de la Guerra, o sea, con su
soberbia, tiraría por la borda todo lo alcanzado hasta ese momento.
Mucho menos los “enemigos
de la Paz” no podrían suceder a Santos porque sería arrojar al foso de los
leones hambrientos de sangre el Acuerdo Definitivo y, por esa vía, condenarían
al pueblo a padecer la Guerra per secula seculorum. La guerra es el objetivo de
esos señores y no cabe esperar gestos de grandeza por la Paz, dada su histórica
mezquindad.
“Hay dos o tres candidatos que sobresalen con
todas las luces para suceder al presidente Santos”
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Ya
el comandante de las FARC-EP, Timochenko, dió una punta en su discurso en el
Teatro Colón. Dijo Timochenko: ”Se conforme un
gobierno de transición, cuyo propósito fundamental sea el cumplimiento cabal de los acuerdos de La Habana, el cual
debería estar compuesto por todos los sectores que han trabajado sin tregua por
ello”.
En
variadas ocasiones hemos llamado la atención sobre que la FARC-EP han estado en
el centro de la política durante muchos años. Hoy,
después de intenso debate con todos los sectores, las FARC siguen trabajando la
política como antes, pero ya sin acciones armadas, y siguen corroborando
nuestro aserto.
Vamos a construir la Paz sin pausa,
sin desmayo, enfrentando las provocaciones de los “enemigos de la Paz”, porque
se extendieron nuestras alas y vamos volando seguros hacia el futuro. Que Viva
la Paz!!!
Hernando Vanegas
Toloza
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