Allende La Paz, Cambio Total.
Meterle
pueblo a la Paz significa mucho más de lo que piensan los funcionarios
estatales y sus medios desinformadores. Es necesario, imprescindible diría yo,
clarificar qué significado tiene realmente esa consigna de “meterle pueblo a la
Paz”.
Para
los revolucionarios "meterle pueblo a la Paz" significa no sólo
movilizar nuestro pueblo a votar por el Plebiscito. Sabemos que la “clase
política” -llamémoslos así porque están de una susceptibilidad subida ya que
quieren impedir que digamos la verdad de un narco-paramilitar- son duchos en
hacer aparecer votos de donde no hay. Nosotros quisiéramos que los colombianos
votaran masivamente no solamente el Plebiscito, sino votar a las FARC en las
próximas elecciones y a los partidos de izquierda que los acompañen para darle
un rotundo mentíz a la especie que han propalado durante tantos años.
Meterle pueblo es entrar a
unificar y organizar las diferentes clases de nuestro pueblo, en todas sus
vertientes. La tarea es descomunal, pero imposible jamás. En primer lugar, las
FARC organizarán sus bases, si no es que ya las tienen organizadas, en sus
áreas de influencia. Corresponderá también desplegar el más intenso trabajo por
llegar a los sectores que "tradicionalmente" han sido
abstencionistas, organizarlos y convertirlos en motor de su propia historia,
desarrollando sus propios programas y plataformas.
Esto nos lleva a la
verdadera consigna central: Unidad y Organización. Sin éstos dos requisites no
podremos dar el giro que queremos a Colombia para tranformarla en una nueva
Colombia, en Paz con Justicia Social.
En esa dirección se inscribe la creación de la
Comisión de Género en el marco de la Mesa de La Habana. Las mujeres son
fundamentales en cualquier cambio o revolución en cualquier lugar del mundo. Sin
ellas no hay revolución y por tanto a los colombiano(a)s del pueblo les tocará
adelantar el más grande esfuerzo de organizar a las mujeres de nuestro pueblo,
apoyados por los revolucionarios y demócratas que comprenden la justeza de la
lucha de construir otra Patria, otra insitucionalidad.
Hemos conocido en el pasado los esfuerzos de las
FARC-EP por dotar al pueblo colombiano de herramientas para adelantar la
construcción de organizaciones que adelanten la unidad, la organización y la
lucha de nuestro pueblo. Las organizaciones serán de todo tipo: de clase,
culturales, cooperativistas, de mujeres, de teatreros, etc, etc. En ese
espectro organizacional tendrá que movilizarse, como un súmum, las FARC y todos
los verdaderos revolucionarios.
Sabemos, también, que
llegarán los oportunistas, los infiltrados, los enemigos del proceso, pero
ellos serán desenmascarados y conminados a corregir su errática y dañina
posición y actuar.
La Paz merece todo nuestro
esfuerzo y sacrificio. Por la Paz hasta la vida
misma!
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