Allende La Paz, Cambio Total.
La ”incomodidad” estatal-gubernamental percibida –sin hilar
fino- de la propuesta de Cesarín Gaviria Trujillo de ”blindar las fuerzas
militares” dizque para ”poner a pensar al país” es más de lo mismo, es la
estratagema de evitar reconocer la responsabilidad de las fuerzas militares
estatales en las violaciones de derechos humanos, las cuales en el caso de la
desaparición alcanza el 97,7%.
La ”propuesta”, largamente planeada u ordenada a Cesarín
Gaviria, la hemos conocido de boca de todos los presidentes a lo largo de la
historia. Propuesta que se resume en una sola palabra: Impunidad. Las cosas hay
que llamarlas con la dosis de verdad que merecen. No de otra manera llegaremos
a la Paz, paz que en esa incesante búsqueda han estado las FARC-EP enarbolando
la bandera del respeto de la población civil por parte de las fuerzas militares
estatales.
No podrá haber Paz si el estado continúa escamoteando a las
víctimas y sus familiares su responsabilidad en las violaciones de derechos
humanos de los colombianos pobres. Se entiende –pero no se justifica- que un
estado burgués, de los ricos, como el colombiano condene las ”violaciones” de
los ”derechos” de los ricos burgueses por parte de las FARC-EP –las retencionmes,
por ejemplo-, pero no se compadece con la búsqueda de la Paz que no se haga
mayor énfasis en las víctimas mayoritarias producidas por el accionar de las
fuerzas militares-narcoparamilitares, es decir, el Estado, que aplica el
Terrorismo de Estado de la Doctrina de Seguridad Nacional (DSN).
Doctrina militar impuesta por los gobiernos de Estados
Unidos al gobierno colombiano y aplicadas gustosamente por éstos. Por ello es
sumamente interesante la posición que tendrá el Imperio cuando toque establecer
sus responsabilidades en la mortandad y asesinatos de colombianos pobres. O
harán como siempre han hecho.
Mas en lo que nos compete directamente, los presidentes de
los gobiernos y el Estado colombiano, sus cúpulas militares, sus
parlamentarios, su poder judicial, todos y a una deben ir presentando sus
peticiones de perdón al pueblo colombiano en todos y cada uno de los crímenes
cometidos y comprometerse a no repetir esas violaciones de derechos humanos de
los colombianos pobres, no repetición que será garantizada por el desmonte de
la Doctrina que sustenta ese accionar asesino, la DSN.
La ya famosa ”propuesta” de Cesarín Gaviria se inscribe en
los esfuerzos del establishment de no aceptar sus responsabilidades en tantos y
tantos asesinatos, muertos que ya pasan del millón de colombianos asesinados
por las balas asesinas del Estado y cuya responsabilidad va del 83% hasta el
97,7%. Y no aceptar la responsabilidad es simplemente tender un manto de
impunidad. Así de clara es la situación.
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