Cambio Total.
Esperar de la oligarquía hechos magnánimos de Paz es como ”esperar
que un camello entre por el ojo de una aguja”. Así se concluye de su s valores
morales y de sus principios éticos.
De la oligarquía solo se pueden esperar hechos de muerte. Y
si los hace, los hace basado en el frío cálculo de si favorece o no a su clase.
Desde su apoderamiento del poder, la oligarquía, o mejor dicho, los ricos todo
lo reducen a la defensa de sus interes. Intereses mezquinos por demás.
Y para defenderlos está llena de miles de ”espinas”. Ahí
están los hechos que muestran cómo defiende la oligarquía sus intereses de
mantenerse en el poder para seguir favoreciendo a su clase. Ahí están las
políticas económicas, base de todo el estado aberrante y fallido del estado.
Ahí está todo el ordenamiento jurídico que sustenta su política de guerra
interna contra el pueblo (”tengo la obligación constitucional de hacer cumplir
las leyes”, etc). Ahí están los más de 200 años de carencias, estrecheces y
sufrimientos de nuestro pueblo por culpa de una oligarquía voraz que se vende
al mejor postor, el imperio estadounidense.
Para adelantar esa ”defensa” de intereses mezquinos han
desarrollado el Terrorismo de Estado de la DSN que ha dejado más de 1 millón de
víctimas mortales, además de 6,5 millones de desplazados internos a quienes despojar
de 7,5 millones de hectáreas de tierra, su única riqueza. Ahí está la
responsabilidad estatal –oligárquica- de más del 83% de ejecutados
extrajudicialmente y de masacres, más del 97,7% de desaparecidos, del 100% de
desplazados forzosos internos y externos.
Como si fuera poco, la mezquindad oligárquica se patentiza
en el cinismo de los anuncios presidenciales en torno a la Paz. Ni siquiera en
el discurso de la Paz se ve un milímetro de magnanimidad. Ayer no más ante
semejante gesto de las FARC-EP de avanzar hacia el Cese Bilateral de Fuegos –único
objetivo que no producirá más muertes inútiles como las que produce la guerra
en nuestro país- lo llama ”rosa con espinas” y llama a las fuerzas militares
estatales a redoblar esfuerzos en la ”obligación constitucional” de matar
guerrilleros.
Ese es el talante oligárquico y ese es su regalo de Navidad
y Año Nuevo a los colombianos pobres. Por ello, los colombianos pobres tenemos
que estar claro que nada da la oligarquía si no es obligada por la presión
popular, incluídas las FARC-EP naturalmente.
Quisiéramos que en vez de ”rosas con espinas” hubiéramos
recibido claveles rojos. Mas todavía ”el palo no está para cucharas”, todavía. En
los tiempos actuales seguimos prefiriendo nuestras ”rosas con espinas” a una
indefensa flor sin espinas condenada a la muerte. Sigamos contruyendo la senda
de la Paz. Vayamos transitando por ella paso a paso. Hagamos los hijos del
pueblo –incluídas las FARC- hechos de Paz que desnudan el alma oligárquica.
En ese orden de ideas, deseamos a todos los colombianos sin
distingo de clases una Feliz Navidad y un Nuevo Año de Paz.
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