Verdaderos héroes

Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo.

La valentía se da ante dos retos: Uno, es la forma en que todos la concebimos ante hechos individuales o colectivos. Otra, es la capacidad para enfrentar un tribunal por los hechos cometidos por una persona determinada.

De ahí se deduce que el hecho de sobrepasar los límites de las dos formas de valentía convierte a su ejecutor en un héroe. Es fácil decir que un soldado o guerrillero son héroes por sus actos de guerra. Mas cómo decir que, por ejemplo, una persona a la que nadie le está pidiendo un acto decida hacerlo, aún a costa de su propia vida?

Es el caso de los médicos cubanos que viajaron al África a combatir –combatir!- al Ébola. Nadie hubiera imaginado que un acto rayano en el suicido pudiera ser realizado por alguien que es consciente de la peligrosidad de su acción. Esos médicos cubanos viajaron al África en plena conciencia de que el más mínimo error sería catastrófico para sus vidas. Se juegan la vida en cada paso, en cada revisión médica, y ellos son profundamente concientes del peligro.

Qué los impele a hacerlo? Una adecuada formación médico-humanista. Ellos son formados en los ideales más poderosos del mundo. Son dotados de una ética médica y personal que sobrepasa la media de la formación de un médico en un país capitalista. A ellos no los mueve el dinero, definitivamente. Los motiva el más poderoso incentivo: el amor a la humanidad.

Esa entrega de sus vidas por amor a la humanidad solo es posible concebirla en una sociedad diferente. No en el actual paradigma que ha convertido en mercancía todo acto del ser humano. Esa entrega se hace en los ideales del Socialismo. Qué hay actos individuales de médicos en el capitalismo? Si. Pero no son muchos, desafortunadamente. Sin embargo, ahí están también esos pocos médicos que han entregado sus vidas a combatir la peligrosa enfermedad.

La salud en el capitalismo es una mercancía más. Los detentadores del poder esgrimen los nobles principios de la ética médica para implantar la más salvaje explotación de los médicos, y todo el personal de salud. Los somete a jornadas extenuantes –aumentando la posibilidad de errores profesionales-, y en el neoliberalismo actual va reduciendo la planta de personal y los profesionales que quedan trabajando tienen que absorber los pacientes dejados por los despedidos. El ejercicio profesional se convierte así en una carga no sólo física, sino también psicológica y de total insatisfacción en la labor que realiza.

El ejemplo de los médicos cubanos reluce aún más en este mundo en que el capitalismo cercena la vida de miles de seres humanos para apoderarse de las riquezas que tiene su país. Es increíblemente paradójico que un país como Cuba, pobre en recursos económicos y riquezas naturales, sea el país que ha mostrado el significado de la verdadera solidaridad. Cuba exporta salud a los pueblos del mundo y le enseña al mundo que la solidaridad es la base de nuestro futuro como seres humanos. Cuba combate también el Ébola de una manera ejemplarizante.

Ante el acto heroico de esos héroes anónimos me quito el sombrero. Los pueblos africanos les agradecerán eternamente y ojalá los pueblos del mundo asimilen ese ejemplo.