José María Carbonell, Cambio Total.
Por estos días se ha presentado la ”traición” de dos ”liberales”
al ideario de la Unidad Nacional del presidente Santos.
Eso no es raro entre los santanderistas. Desde la época del
Libertador Simón Bolivar se ha presentado la traición y la puñalada artera. Y
los criollos burgueses –que miraban más a Europa y USA que a sus indios y
negros y mestizos- hicieron de las traiciones la forma de adelantar la ”política”.
Por ello, no nos sorprende las ”traiciones” y los ”cambios”
politiqueros de los miembros de los partidos burgueses que día tras día van
hundiéndose en el más aberrante estercolero.
Que Pastrana haya aprovechado los deseos de Paz de los
colombianos, no es extraño. Que haya ”usado” a las FARC – archiconocido rival
del Estado- para hacerse elegir ”presidente”, tampoco es extraño en éstas
formas de hacer ”política”. Que cuando logró lo que quería –ser presidente y
tenido el Plan Colombia en sus manos, entregado por la administración Clinton-
pateó la Mesa de Conversaciones y dejó al pueblo con la enorme frustración de
otro proceso fallido. Y que ahora, cuando el gobierno Santos avanza en las
conversaciones con las FARC, se convierta en una ”vaca muerta” menos debe
extrañarnos porque él ya era un cadáver viviente de la politiquería.
Ahora bien, a quién extraña que el narco-paramilitar
ex-presidente 82, o Uribhitler, haya –en su irascibilidad de terrateniente y mafioso paisa- juzgado que la ”conducta” de JM Santos era una ”traición” porque no
seguía sus derroteros guerreristas? Ah, es que según el pensamiento troglodita todo
aquel que no siga sus indicaciones es un ”traidor” o un ”castro-comunista” como
llaman ahora a los que profesan ideas que buscan la modernidad de la sociedad
colombiana.
A quién extraña que en la politiquería colombiana haya
especímenes como Lucho GArzón y Angelino Garzón? A quién extraña que haya ”voltea
arepas” como los dos senadores que ayer aliados con el santismo, hoy son
aliados del uribhitlerismo?
El problema de fondo es que la crisis de los partidos
tradicionales burgueses –liberal, conservador, uribistas, santistas, narcotraficantes- es
tal que ni siquiera tienen un planteamiento ideológico, mucho menos una
plataforma política o un programa de gobierno que enrumbe al país por un camino
que no sea la de ”llenarse los bolsillos” a costa de las arcas del estado,
hundiendo a Colombia en la corrupción que ha el Libertador Simón Bolívar había
denunciado antes de dejar el poder.
Este estado de cosas es el que se pretende cambiar en el
país con la Mesa de La Habana. No estamos seguros que ese sea el sentir de los
delegados gubernamentales, pero sí estamos seguros que es lo que mueve a los
delegados de las FARC-EP, que a golpe de fusil y de política están diseñando la
Colombia que queremos, la Nueva Colombia en paz con justicia social, libertad,
independencia y soberanía nacional.
Por ello nuestro pueblo, asqueado de la politiquería
corrupta de la oligarquía, acompaña con sus pronunciamientos y acciones de
masas a las FARC-EP en la Mesa de Conversaciones de La Habana.
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