Domínico Nadal, Cambio Total.
Mientras el presidente Santos anda hablando del
post-conflicto, sus funcionarios están haciendo todo lo posible para que las
ejecutorias del post-conflicto favorezcan –como siempre- al sector que se ha
beneficiado con las políticas estatales, los empresarios.
O sea, que para esos funcionarios y los ”empresarios del
campo” seguirá el conflicto, recibiendo los ”beneficios” del post-conflicto. Ya
el presidente Santos irá a mendicar la ”ayuda” –siempre condicionada- de los
países europeos (Téngan 3 millones de euros, pero en ”contraprestación” nos
dejan explotar le oro, el carbón, el petróleo, etc, etc.). Y a dónde irá esa
plata de las ”ayudas”?
No se entregarán a los campesinos. No. No. Esa plata irá a
manos de los que saben ”manejar dinero”. Los mismos beneficiados de Carimagua,
o como dice Nicolás Rodríguez en su columna en El Espectador –cuyo link lo
colocamos hoy en nuestra página-, a los que ”con o sin esquema Carimagua. Al margen o en defensa de
Agro Ingreso Seguro. Con la ayuda o no de Brigard Urrutia”.
Ya el ministro de Haciendo les mandó a los ”empresarios del
campo” el bon bom bum para que se aquieten y vean que el ”post-conflicto” los
favorecerá a ellos que podrán –quizás con los dineros del post-conflicto- armar
otras bandas de narco-paramilitares –ahora llamados BACRIM, o sea, Águilas
Negras, Rastrojos, Uribeños, etc-. Nosotros creemos que más bien debían
llamarlos FACRIM (Fuerzas Armadas Criminales del Estado).
Desde la misma orilla del gobierno, periódicos como el
Espectador dicen al respecto de los ”Baldíos”: Concretamente, el
articulado modifica la Ley 160 de 1994, que reglamenta lo relativo al acceso a
terrenos baldíos. Y precisamente es en este aspecto que surgen las críticas,
pues, para algunos analistas, de aprobarse este proyecto de ley, los baldíos,
que son propiedad del Estado y que deben servir para que los campesinos sin
tierra se hagan de propiedades, terminarán en manos de empresarios”.
O sea, que para el gobierno la política de despojo y
desplazamiento forzado continuará por la insaciable voracidad de los ”empresarios
del campo”, quienes en los actuales momentos son los beneficiados de el
desplazamiento forzado porque más de 6,5 millones de hectáreas han terminado en
sus manos. Naturalmente, para eso tienen un presidente que responde a sus
intereses. Abren una nueva puerta al despojo, mientras los campesinos tendrán
que apañarselas para entrar por la ventanita de acceso a los baldíos, no en la
ZRC, sino en las ZIDRE (Zonas de Interés de Desarrollo Rural y Económico).
Así las cosas, las ZRC no van más porque lo popular ”no luce,
Maria”.
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