Domínico Nadal, Cambio Total.
El Estado colombiano ha tenido permanentemente una
única política hacia su pueblo. La guerra. Desde siempre. Así se lo han
impuesto los gobiernos del imperio del norte y la oligarquía cipaya y
terrateniente.
No sobra decir que ello ha significado el mal gasto de
millones de dólares diarios en la guerra. Casi llegan a los 30 millones de
dólares diarios al día de hoy.
Igualmente desde siempre en Cambio Total hemos
relievado que la priorización de la guerra, por el querer del amo gringo, ha
impedido desarrollar una política de Paz que libere a nuestro pueblo del nudo
de la horca de la guerra y le permita su crecimiento y desarrollo como sociedad.
El “títere” que –como bien dice Martha Lucía Ramírez
ex candidata goda “Óscar Iván no es un hombre que se deje mandar” ya que a él
no lo mandan sino que le mueven los hilos- está en aprietos tratando de “producir”
frases de impacto que suavicen la declaratoria de guerra a la Mesa de La Habana,
y al pueblo colombiano. Ojo, la declaratoria es tanto contra los delegados
gubernamentales como contra los delegados de las FARC-EP, o sea, los subversivos
en éste caso son el trinomio Zuluaga-UribeVélez-MartaLucía, ya que está en
contra de una política que tiene una alta favorabilidad entre el pueblo
colombiano.
Pues bien, dice el “títere” y su titeretero que a él
no lo obligan los Acuerdos –asi sean parciales y no estén todavía firmados-, porque
él no fue invitado a su elaboración. Prueba ésta que el Uribhitlerismo de
UribeVélez cree estar por encima del ordenamiento jurídico y por ello es que lo
vemos manoteando, amenazando, señalando y hasta amenazando a todo aquel que se
ponga a contradecir al señor Uribhitler, ahora igual que hizo durante sus 8
años de gobierno.
Han acostumbrado a los colombianos pobres, al pueblo,
que lo “normal” es la guerra. No, señores. Lo normal y civilizado es la Paz y
durante ella es que se han dado saltos exponenciales en el desarrollo de las
sociedades. Por ello, por esa deformación, lo normal en Colombia es que el
Estado tenga una política de guerra –dictada por el imperio a fin de expoliar
nuestros recursos naturales-, y carezca absolutamente de una política de Paz.
Esa carencia permite los “palos de ciego” dados por el gobierno enmateria de
Paz y facilita el ataque de los “enemigos de la Paz”, los agazapados y los
frenteros.
Evidentemente que en la sociedad colombiana hay
sectores profundamente ignorantes. De hasta su propia historia. La
traquetización de la sociedad, su impulso por el dinero fácil, la carencia de
principios éticos y valores morales, etc, nos muestra que “para qué estudiar”
si en un embarque me gano lo que un médico toda la vida... Por ello vemos
gentes pueblo que en el colmo de la ignorancia, en las redes sociales, repiten
una y otra vez los clichés de los “enemigos de la Paz”, y no ven que lo que se
está haciendo en la Mesa de La Habana es una construcción moderna del nuevo
país que merecemos vivir todos los colombianos.
No conocemos nuestra historia y pueblo que no conoce
su historia está condenado a la esclavitud y la opresión. Somos tan ignorantes
que ciertos escritores que debían conocer la historia colombiana, por no
conocerla precisamente se descachan en el análisis. Somos tan ignorantes que
confundimos el “lenguaje traqueto” con la sinceridad del pueblo. Somos tan
ignorantes que confundimos la marrullería y la trampa con la inteligencia.
No digo que nosotros en Cambio Total seamos unos
dehechados de virtudes. No. Pero aquí, al menos, hacemos el intento, una y otra
vez, de abordar la cuestión de la Guerra y la Paz desde una perspectiva
histórica. Por eso, no nos dejamos meter cuentos.
Publicar un comentario