- Escrito por Yira Castro
Once mil mujeres y hombres, prisioneros
políticos y de guerra, sumados a los más de 130.000 presos sociales
llenan las cárceles colombianas, y son cada día sometidos a múltiples
violaciones a sus derechos humanos por parte del sistema judicial
colombiano.
Torturas físicas y psicológicas que van desde
hacinamiento, mala alimentación,, agresiones verbales por parte del
personal de guardia, mal trato a familiares, muerte de internos por
falta de atención médica, en fin, violación a los más elementales
derechos humanos de la población carcelaria, fue la denuncia que
hicieron las FARC-EP desde La Habana, al inicio de la octava jornada del
ciclo 24 de conversaciones con el gobierno.
No sin antes insistir una vez más en la presencia del
comandante Simón Trinidad, enterrado vivo en una cárcel de los Estados
Unidos, el comandante Ricardo Téllez presentó un documento basado en
datos y cifras que evidencian la deplorable situación que padecen las y
los prisioneros secuestrados por la justicia colombiana y sometidos a
tratos inhumanos, solo comparables con los aplicados en los campos de
concentración nazis.
Se trata de un tema que se relaciona con la libertad,
con la democracia, con los derechos humanos, con las leyes y la
aplicación de justicia, es un asunto que compromete a toda la sociedad
colombiana y requiere de un pronunciamiento unánime en contra de
cualquier atropello que vulneren la dignidad humana. Ese grito
desesperado desde las cárceles tiene que retumbar en la conciencia
colectiva y convertirse en una sola voz que clame detener el genocidio
en las cárceles, y exija “la necesaria reforma al sistema judicial” como
dice el documento presentado hoy 3 de mayo de 2014 por la delegación
fariana.
Como
si Colombia fuera un modelo en la aplicación de justicia y planes de
resocialización, el gobierno de manera irresponsable se ofrece a recibir
a los prisioneros de la cárcel de Guantánamo. Cabe aquí el dicho
popular colombiano: “No puede con San Pedro, va a poder con San Pablo”.
“El tema es profundo” afirmó el comandante Ricardo,
indicando que la verdadera solución empezaría por dicha reforma, como
primer paso en la realización de cambios profundos en la administración
de justicia; y es sabido que esos cambios para ser verdaderos tienen que
contar, en su diseño e implementación, con el concurso directo del
soberano. Por esto se hace igualmente necesaria la realización de la
Asamblea Nacional Constituyente, indicó Téllez.
La alocución ratifica la solidaridad de las FARC-EP
con las acciones de protesta y resistencia adelantadas por los presos
sociales, políticos y de guerra en defensa de la vida y de su integridad
física y moral, en defensa de su libertad como derecho de todo ser
humano.
Entre tanto, “la reforma debe garantizar condiciones
de vida digna, posibilidades de trabajo, de estudio, de comunicación y
visitas familiares, entre los temas más sentidos”.
Publicar un comentario