La pobreza
ideológica de la actual campaña por la presidencia, puesta de presente por
todos los candidatos, demuestra la crisis irreversible de los partidos
tradicionales. Son tantas y tantas las muestras de esa pobreza
ideológica-política que los « candidatos » recurren a los « dimes
y diretes » para llenar la ausencia de propuestas para construir un Nuevo
Pais.
Sobresalen en esa
increíble falencia los candidatos de estirpe uribista. Ninguno de ellos
puede mostrar una propuesta verdadera, mas bien se escuchan babosadas. Zuluaga,
Marta Lucia, Peñaloza, y Santos –de ”estirpe uribhitleriana”- se han trenzado
en « peleas » de camanduleras como las descritas por David Sánchez
Juliao en sus cuentos. ”Que si el marido de fulanita es abstemio de la Guasamayeta”,
”que no se meta niña Tulia que esto no es con Usté”, ”que más hijueputa eres tú…”,
y así en sin fin de mediocridades y carencias de imaginación.
A la par, las
llamadas ”chuzadas” evidencian que el Terrorismo de Estado ha permeado a cuanto
mentecato partidito quiere ganar la presidencia. Uribhitler, el más incapaz de
los incapaces, no desaprovecha ocasión para lanzar dardos envenenados dizque
contra su antiguo subalterno. « A otro perro con ese hueso » porque
nosotros no nos creemos ese cuento de las mil y una corrupciones. Uribhitler –el
cerebro detrás de Peñaloza, Zuluaga y Marta Lucía- ya no sabe que hacer para
desprestigiar a su socio oligárquico y si fuera posible más desprestigio que el
deshonroso título de ser el presidente del gobierno más corrupto de la historia
de Colombia –y eso es también mucho decir porque todos son corruptos-, quiere
pasar a la historia como el « cerebro » -no de la entrega de permisos
para aeronaves y aeropuertos cuando fungía como director de Aerocivil- sino de
la « Operación Avispa » que ideara López Michelsen.
Así, entre « dimes
y diretes », va pasando el tiempo y entre todos no movilizan más del 25%
del padrón electoral ya que 1 de cada 4 colombianos le comen cuento –o se venden
en cuerpo ajeno- a las « propuestas oligárquicas », es decir,
masacres, desapariciones, ejecuciones extrajudiciales, torturas, y como no –para
satisfacción de Fedeegán y la SAC- también de desplazamiento forzado.
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