“La soberanía alimentaria es el
derecho de los pueblos a alimentos nutritivos y culturalmente apropiados
producidos a través de métodos sostenibles y saludables. Es su derecho a
definir sus propias políticas y sistemas alimentarios y agrícolas”.
Mustapha Kabiri.- La soberanía
alimentaria es el derecho de los pueblos a alimentos nutritivos y
culturalmente apropiados producidos a través de métodos sostenibles y
saludables. Es su derecho a definir sus propias políticas y sistemas
alimentarios y agrícolas. Este concepto fue introducido con mayor
relevancia en 1996 por La Vía Campesina en Roma, con motivo de la Cumbre
Mundial de la Alimentación de la Organización para la Alimentación y la
Agricultura (FAO).
La soberanía alimentaria da prioridad a
las economías de mercados locales y nacionales, fortaleciendo el
campesinado al igual que a los consumidores y las consumidoras, ya que
la producción de alimentos, distribución y consumo están basados en la
sostenibilidad ambiental, social y económica. Así mismo promueve el
comercio transparente, que garantiza ingresos dignos para todos los
pueblos, así como los derechos de las personas consumidoras para
controlar su alimentación y nutrición. Se asegura de que los derechos de
uso y gestión de las tierras, territorios, aguas, semillas, ganado y la
biodiversidad, estén en las manos de aquellos que producen los
alimentos. La soberanía alimentaría da lugar a nuevas relaciones
sociales libres de opresión y desigualdades entre hombres y mujeres,
pueblos, grupos raciales, clases sociales y generaciones.
Veamos a continuación los seis principios básicos sobre los que se sustenta la Soberanía Alimentaria:
1. Se enfoca en alimento para el
pueblo: plantea el derecho a una alimentación suficiente, saludable, y
culturalmente apropiada para todos los individuos, pueblos y
comunidades, incluidos aquellos que tienen hambre, están bajo ocupación,
están en zonas de conflicto y son marginados en medio de políticas de
alimentación, agricultura, ganadería y pesquería; rechaza la propuesta
de que el alimento es sólo otra pieza mercantilizable para el
agro-negocio internacional.
2. Valora a quienes proveen alimento: La
soberanía alimentaria respeta los derechos de hombres y mujeres,
campesinos/as y agricultores/as familiares, pastores/as, artesanos/as de
la pesca tradicional, habitantes de los bosques, pueblos indígenas y
trabajadores/as de la agricultura y la pesca, quienes cultivan, crían,
cosechan y procesan los alimentos, así mismo, valora y apoya su labor;
rechaza aquellas políticas, acciones y programas que los subvaloran,
amenazan y eliminan sus formas de vida.
3. Localiza sistemas de alimentación: La
soberanía alimentaria propicia encuentros con los/as productores/as y
consumidores/as de alimentos; pone a quienes proveen y consumen al
centro de la toma de decisiones en temas relacionados con la
alimentación; protege a los proveedores del desperdicio de alimentos y
de ayuda alimentaria en mercados locales; protege a las personas
consumidoras de la comida de baja calidad y nociva para la salud, de la
ayuda alimentaria inapropiada y del alimento contaminado por organismos
genéticamente modificados; resiste a las estructuras de gobierno,
contratos y prácticas que dependen y promueven el comercio internacional
insostenible e injusto, que otorga poder a corporaciones remotas y sin
ninguna responsabilidad por sus acciones.
4. Empodera localmente: La soberanía
alimentaria, partiendo del principio anterior, otorga el control sobre
territorio, tierra, pastizales, agua, semillas, ganado y poblaciones de
peces a proveedores locales de alimento y respeta sus derechos. Ellos
pueden usar y compartir estos recursos de formas social y ecológicamente
sostenibles para la conservación de la diversidad; reconoce que los
territorios locales a menudo traspasan fronteras geopolíticas y asegura
el derecho de las comunidades locales para habitar y usar sus
territorios; promueve la interacción positiva entre las personas
proveedoras de alimentos en diferentes regiones, territorios, y desde
diferentes sectores, lo cual ayuda a resolver conflictos internos o
conflictos con autoridades locales y nacionales; rechaza la
privatización de los recursos naturales a través de leyes, contratos
comerciales y regímenes de derechos de propiedad intelectual.
5. Desarrolla conocimiento y
destreza: La soberanía alimentaria se basa en la destreza y el
conocimiento local de los proveedores alimentarios y sus organizaciones
locales que conservan, desarrollan y manejan sistemas localizados de
producción y cosecha, desarrollando sistemas de investigación apropiados
para respaldarlos y cuya sabiduría pueda ser transmitida a las
generaciones futuras; rechaza así tecnologías que socavan, amenazan o
los contaminan, como viene a ser la ingeniería genética.
6. Trabaja con la naturaleza: La
soberanía alimentaria utiliza las contribuciones de la naturaleza de
manera diversa con métodos de producción y cosecha agroecológica, los
cuales maximizan las contribuciones de los ecosistemas y mejoran la
capacidad de ajuste y la adaptación, especialmente ante el cambio
climático; trata de curar el planeta con el propósito de que el planeta
pueda curarnos; por último, rechaza métodos que dañan las funciones de
los ecosistemas beneficiosos, aquellos que dependen de los monocultivos
de energía intensiva y fábricas de ganado, prácticas de pesca
destructiva y otros métodos de producción industrializada, los cuales
dañan el medio ambiente y contribuyen al calentamiento global.
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