Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo.
En Colombia los detentadores del poder siempre han vendido
la idea de que su país es ”la democracia más antigua”, pero tratan de esconder
que en realidad practican el más aberrante Terrorismo de Estado.
Ello ha sido así desde los mismos inicios de la
independencia del imperio español –y cayó en manos del imperio naciente de
Estados Unidos- y se explica entonces porqué la ”democracia” en Colombia ni se
asentó en nuestras instituciones, ni los pobladores gozaron de ésta.
Por los siglos siguieron
aplicando la ”democracia” para los poderosos. Los descendientes de “españoles”,
los ricos, los que explotaban inmisericordemente a esclavos negros, esclavos
indios, e incluso a los propios desdendientes de españoles privados de la
fortuna.
La esclavitud se abolió legalmente en Colombia el 21 de mayo
de 1851 mediante la Ley de Manumisión que realmente entró en vigencia el 1 de
enero de 1852. Lo cual no significó, desde luego, la extensión de todos los
derechos para los pobladores.
El origen del voto como máxima expresión de la democracia
burguesa se inicia en la Patria Boba, 1810-1816, de manera indirecta y público.
Es de señalar que comenzó siendo “en extremo restringido o de muy baja
participación de la población”. (Ver: http://www.registraduria.gov.co/-Historia-del-voto-en-Colombia-.html
).
La elección indirecta, un intríngulis quizás con la
soterrada intención de asegurarse el poder en pocas manos, permaneció hasta la
mitad del siglo XIX cuando se inicia la ”elección directa de representantes a
la Cámara, legislaturas Estatales o Asambleas Departamentales y para
corporaciones municipales”. Los
senadores eran elegidos de manera indirecta hasta 1947. ”La elección de Presidente
se hizo en segundo grado en el siglo pasado y hasta la del
General Reyes en 1904, con excepción de la de 1856 en las que Ospina Rodríguez
derrotó a Murillo Toro y al General Mosquera, y la del Vicepresidente Mallarino
que ejerció como encargado para terminar el periodo de Obando”. (Ìbidem)
El ejercicio del voto tuvo algunos ”accidentes” en el transcurso de los años
(guerras originadas por leyes electorales y se comienza a acuñar el principio: “el
que escruta elige”).
El voto muchas veces era restingido a las personas analfabetas. En 1936 se otorga el voto a todos los hombres mayores
de 21 años. Solo 18 años después se
otorga el derecho del voto a las mujeres (1954). En 1975 se concede la mayoría
de edad a los 18 años.
El ejercicio electoral
como súmum de la democracia burguesa no ha estado exenta de contingencias. Un
caso típico fue el robo de la presidencia al general Rojas Pinilla por parte
del presidente Carlos Lleras Restrepo (abuelo de Germán Vargas Lleras),
instaurando a Andrés Pastrana (padre del anodino Andrés Pastrana, tambien
presidente y uno de las más catastróficas administraciones con la de Álvaro
Uribe Vélez). El general no tuvo los arrestos suficientes para encabezar al pueblo en la defensa del
triunfo.
Delitos electorales de todo tipo están en el haber de los
partidos políticos que responden a los dictados de la oligarquía. Compra de
votos, compra de jurados de votación, compra de registradores regionales
(nacionales?), en fin, toda una gama de delitos electorales. Y la impunidad es
la regla, también.
Sumado a esa corrupción
el narco-paramilitarismo llevó la aberración a niveles insospechados.
Asesinatos de candidatos que no respondían a los dictados de los politiqueros
aliados a narco-paramilitares, coerción de votantes, retención de cédulas de
ciudadanía, etc, etc, están a la orden del día.
Ya la coerción del
derecho al voto de los ciudadanos en Colombia no se encuentra en las leyes –todo
está fríamanete calculado desde el punto de vista legal-, sino en las otras
formas de coerción. A las señaladas anteriormente se suman la constricción de
los derechos de los ciudadanos de las comunidades, la llamada coerción
estructural.
En ocasión del trámite
de aprobación del Acuerdo de Paz, los partidos oligárquicos del establecimiento
(liberal, conservador, la U, Cambio Radical, CD, etc) cercenan –entre otros
tantos- los acuerdos y los derechos de los ciudadanos que habitan en las
Circunscripciones Especiales de Paz y muestran la más aberrante y fascista
conducta.
El temor de perder el control los impele a impedir que las
poblaciones más azotadas por la guerra interna tengan una voz en el congreso a
fin de presentar y desarrollar proyectos que los favorezcan, toda vez que nunca
ninguno de los partidos del establecimiento ha elevado su voz para
solidarizarse con esos pobladores.
Conclusión
En Colombia la élite en el poder sigue ejerciendo el poder
de manera excluyente.
Esa exclusión fue una de las causas que originaron la guerra
interna que por decisión de las FARC-EP yel gobierno Santos finalizó hace un año.
La ”democracia” ejercida por los detentadores del poder es
una democracia falsa. Practican el Terrorismo de Estado más la negación de los
más elementales derechos de los ciudadanos pobres.
El temor de oír las voces de las víctimas de las zonas más
afectadas por el conflicto armado lleva a los partidos oligárquicos a mostrar
su verdadero talante anti-democrático y
fascista.
Corresponderá al pueblo
con su movilización abrir las alamedas de la democracia. La democracia no es
solo hacer presencia en el congreso, sino hacer valer sus derechos largamente
conculcados.
La movilización es fuente de vida. La quietud es la muerte.
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