En el contexto de la negociación de paz entre el gobierno del expresidente Andrés Pastrana y las guerrillas de las Farc y el Eln, el Bloque Central Bolívar de las Autodefensas Unidas de Colombia creó un movimiento que se llamó “No al Despeje”, que terminó convirtiéndose casi que en un movimiento político por la atención que recibió y la movilización que produjo.
El movimiento era dirigido por Iván Roberto Duque, alias Ernesto Báez, quien terminó escribiendo un libro con sus ideas en el que se presentaba una propuesta de plan de desarrollo para el país con enfoques políticos, económicos y sociales.
El libro publicado a finales del año 2000 se titula: Pensamiento social y político del Bloque Central Bolívar de las Autodefensas Unidas de Colombia, un aporte reflexivo en el arduo camino hacia la paz y registra los siguientes aliases como los autores del texto: Javier Montañez, Julián Bolívar, Pablo Sevillano y Ernesto Báez de la Serna. (Ver "El diario paramilitar").
Unas eminencias literarias.
El libro, que es un ladrillo mediocremente escrito con unas ideas radicales de derecha, aparentemente tuvo un juicioso y notable lector que sería el siguiente presidente de la República: Dr. Álvaro Uribe Vélez.
Así lo plantea la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá, que dio a conocer una sentencia del 11 de agosto de este año contra 32 jefes paramilitares del Bloque Central Bolívar, en la que se establece que el programa de gobierno del expresidente Uribe, titulado “Plan Nacional de Desarrollo 2002 - 2006 Hacia un Estado Comunitario”, contiene conceptos y narrativas que tienen identidad con el libro escrito por las autodefensas. (Ver "La familia").
Vamos por partes.
Los dos textos plantean una reforma regulatoria en el sector minero y un plan de desarrollo para la infraestructura minera nacional utilizando las mismas herramientas. Incluso, ambos documentos esbozan un modelo de desarrollo estatal a partir de la inversión privada y extranjera en distintos sectores de la economía, utilizando primordialmente el petróleo, la minería, la infraestructura vial y la agroindustria como motores. (Ver Plan Nacional de Desarrollo).
Hasta ahí nada fuera de lo normal.
Pero, cuando se hace un análisis más detenido, las coincidencias aumentan. En ambos documentos se utilizan las mismas palabras, por ejemplo, en el análisis que ambos textos hacen sobre el campo.
La biblia de los paras, escrita por Báez, consigna en su página 49 que “como elemento importante el Plan de Desarrollo asume la exigencia de replantear el modelo de desarrollo rural y las estrategias de la lucha contra la pobreza y la falta de equidad. Se aborda la ruralidad a partir de un enfoque multifuncional y multisectorial, que trasciende la dimensión puramente económica, y reconoce la sinergia entre el campo, las regiones y los centros urbanos”.
Por su parte, el Plan Nacional de Desarrollo de Uribe en su página 225 dice: “El desequilibrio entre el campo y la ciudad exige replantear el modelo de desarrollo rural y las estrategias de lucha contra la pobreza y la falta de equidad. El manejo social del campo aborda la ruralidad a partir de un enfoque multisectorial y multifuncional que trasciende la producción agropecuaria, reconociendo la sinergia entre el campo, las regiones, los centros urbanos y las áreas metropolitanas”.
Pero no para ahí.
En la página 23 del libro de Báez se cita: “Para el año 2000, los habitantes del campo mayores de 15 años sólo alcanzan un promedio de 4,4 años de escolaridad frente a 8,4 en las ciudades”.
Mientras que en la página 221 del Plan de Desarrollo de Uribe se establece: “En el 2000 los habitantes del campo mayores de 15 años alcanzaron un nivel de escolaridad promedio de 4,4 años”.
Casi las mismas palabras.
Al igual que en la página 24 del diario de los paramilitares se argumenta: “En efecto, la tasa de desempleo en el 2002 alcanzó el 11,5%, mientras que en el 2000 era de 10,4% y en 1991 de 4,76%”.
En la página 221 del programa de Uribe se especifica: “En el 2002 el desempleo rural se situó en el 11,5%, cifra casi 3 veces superior a la registrada en 1991”. (Ver Video con coincidencias entre Báez y Uribe).
Sobre estas y otras casualidades narrativas identificadas en ambos textos, alias Ernesto Báez, en una audiencia libre realizada el 3 de julio de 2014, aseguró que estaba muy seguro de que su libro había llegado a manos del expresidente Uribe. Fulminante.
“Yo estoy en un 99,9999% convencido de que el libro (Escenarios para la paz) sí le llegó al gobierno del doctor Uribe Vélez, lo que yo no puedo afirmar es que haya sido fuente de su documento oficial”. (Ver Sentencia del Tribunal Superior de Bogotá).
Ahora bien, aclara Báez que el programa de gobierno de Uribe no fue utilizado como fuente para la elaboración de su libro, ya que él y su grupo lo empezaron a escribir en 1997 y lo publicaron en el 2001, mientras que el programa de gobierno de Uribe se conoció en el 2002.
Con esto se puede concluir que el gobierno del presidente Uribe usó unas interesantes fuentes para estructurar su programa estrella de donde salió la Seguridad Democrática. Una de esas fuentes fueron los paramilitares.
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