Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo.
Está sesionando el
Congreso Constitutivo del Nuevo partido que nacerá de la transformación de las
FARC-EP producto del Acuerdo de Paz.
Otro hecho de transcendental
importancia que implica el tránsito hacia las formas legales de acción
política, el cual también es desconocido y descalificado por la media en poder
de la oligarquía. Que esa media no alabe el Congreso del nuevo partido es
muestra que éste va por el camino correcto. Es más, que ataquen cuanto sale del
Congreso es muestra fehaciente de la preocupación de la oligarquía ante la
nueva organización política del pueblo.
Ya están atacando a los
delegados por lo que todavía no han aprobado –principios ideológicos, programa,
etc, etc- y desde ya le auguran la derrota electoral, cuento que han
desarrollado desde cuando se iniciaron las conversaciones de paz, quizás con la
esperanza de vencer desde antes del nacimiento al Nuevo partido.
Y de veras, tienen que
estar preocupados en las “altas” esferas del poder oligárquico ya que el Nuevo partido
nace con una historia que a cualquiera preocuparía. Un partido que nace de una
guerrilla marxista-leninista, que funcionaba como Guerra y partido al tiempo,
con más de 8.000 miembros, curtidos en la lucha –legal e ilegal-, con
estructuras como el Movimiento Bolivariano yel PCCC, es un partido de Nuevo
Tipo que es –y será- garantía de lucha para/por el pueblo y sus más sentidas
reivindicaciones.
Pasar de una estructura militar
a una estructura partidista no es fácil, por el contrario, será un aprendizaje
en el buen sentido y desde luego irá desechando los vicios que le presentarán
en el camino los corrompidos miembros de los partidos del establecimiento,
carcomidos por una profunda anti-democracia –de partida, por ejemplo, con la
escogencia de los candidatos, escogencia a dedo- y por la avaricia por
apropiarse de los dineros de todos los colombianos.
Esos “cantos de sirena”
no influirán en los miembros del Nuevo partido ya que en él seguirán rigiendo
los principios del M-L, es decir, el Centralismo Democrático, la Crítica y la
autocrítica, los principios leninistas de organización, etc, fortalecidos con
todo el ideario bolivariano.
Algunos “analistas”
burgueses les preocupa el nombre del Nuevo partido y hasta se atreven a ”aconsejar”
que desechen la sigla guerrillera –FARC-EP- por la ”carga negativa” que según
ellos tiene, sin saber el profundo significado que para el ideario colectivo
tiene ésta.
El nombre es lo de menos
ya que los medios oligárquicos seguirán machacando al Nuevo partido su origen
guerrillero. Es que la cuestión es ni más ni menos que el Nuevo partido
enfrentará mediante la lucha de clases a las clases que han permanecido apoltronados
en el poder por más de 200 años.
Es hora de un cambio. El cambio ya comienza a transitarse y ya se está
transitando. Ya la oligarquía no tiene excusas para implanter sus políticas –Neoliberalismo,
Terrorismo de Estado, etc-. Ya no hay excusa para adelantar la Guerra, mas
desde el Estado la siguen aplicando con el mismo rigor de cuando estábamos en guerra,
o sea, el Estado continúa en guerra y aplica los principios de guerra, compra
de moderno armamento gastando enormes cantidades de dólares (aviones a Suecia,
por ejemplo), adelanta el Terrorismo de Estado contra la población civil,
inerme, desarmada, el cual ya ha producido casi 200 líderes populares
ejecutados (asesinados) desde 2016 hasta hoy, y aplica la DSN del “enemigo
interno”, y su aparato represivo sigue reprimiendo con igual sevicia a las
comunidades que luchan por sus reivindicaciones.
Así las cosas, el Nuevo
Partido –llámese como se llame- tendrá que adelantar la lucha de manera
desigual, contando eso sí con la fuerza de las clases populares. Es
imprescindible adelantar la lucha para construir la Nueva Colombia, en paz con
justicia social.
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