Sobresale la posición de Rafael Pardo, ministro del Post-conflicto del gobierno de JM Santos. Sobresale pero por su mezquindad. Es tan mezquino que se niega a aceptar la ayuda ofrecida por las FARC-EP para la construcción de viviendas para los sobrevivientes de la tragedia de Mocoa, máxime cuando un miembro de las FARC perdió varios familiares en esa avalancha asesina producto de la imprevisión estatal.
Ante la tragedia de Mocoa, de inmediato las FARC hicieron su ofrecimiento con el objetivo de restañar las heridas de la avalancha. Sin ningún otro objetivo oculto. Qué mejor acción de Paz que contribuir con la reconstrucción de Mocoa. Toda ayuda debe ser bienvenida. Incluso si el CD de Uribe Vélez pasa de los pronunciamientos mediáticos, que nada ayudan a los damnificados, a acciones prácticas de solidaridad verdadera, sin cálculos politiqueros, deben ser bienvenidos.
Nos preocupa al personal de Cambio Total que los ofrecimientos del gobierno Santos al calor de la avalancha se vayan diluyendo con el paso de los días y aparezcan nuevos desastres naturales y/o políticos que hagan "olvidar" Mocoa. Es más, una característica de los gobiernos colombianos, el de Santos no es la excepción, es ofrecer ayudas o firmar acuerdos para luego incumplirlos.
Ojalá no veamos a los damnificados de Mocoa en los semáforos de las grandes ciudades sobreviviendo de la economía del rebusque, vendiendo dulces o baratijas para ganar cualquier peso. Ejemplos lo tenemos con los casos de las víctimas del desplazamiento forzado, política estatal en contubernio impúdico con las bandas de narco-paramilitares financiadas por los empresarios del campo, terratenientes, ganaderos, y también por las multinacionales (Chiquita Brands, Dole , OXY, etc).
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