Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo.
Es evidente. ”Se ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en
el propio”. Es la posición farisaica del gobierno de JM Santos que, al igual
que todos los anteriores gobiernos, especialmente el de AUV, ve que Venezuela
se está ”militarizando”, mas nunca ha dicho nada sobre la militarización de la
vida nacional al punto que en Colombia no hay fuerzas militares, sino Fuerza
Pública, lo cual lleva a la connotación del uso de los militares y policías –también
cuerpo militar- para tratar cualquier problema de la vida nacional, es decir,
represión de la protesta popular.
En Colombia, a diferencia de Venezuela, las fuerzas
militares –militares y policía incluído el ESMAD- cuando llegan a “tratar un
problema de orden público” llegan no a disuadir, sino a disparar contra los
protestantes, sin importar si la protesta es justa o no. En Colombia todas las
protestas son justas, así como es justo el derecho a rebelión del pueblo
colombiano.
Las cifras de muertos es aberrante. Las manifestaciones
estudiantiles son reprimidas a sangre y fuego. Las manifestaciones campesinas
por exigir que el gobierno cumpla el Acuerdo firmado dos años atrás, tras otro
Paro Agrario, son reprimidas a sangre y fuego y se reportaron al menos 2
indígenas muertos y 10 más heridos. No más el Paro Agrario de 2013 dejó “como
resultado al menos 8 muertes, más de cuatrocientos heridos, al menos 512
detenidos y multiples casos de violaciones de derechos humanos, detenciones arbitraries
y desaparecidos”.
Ver: El Paro Agrario del 2013 https://es.wikipedia.org/wiki/Paro_nacional_agrario_en_Colombia_de_2013
De igual manera el Paro
Camionero dejó como saldo una víctima mortal. O sea, no hay sector que tenga
que recurrir a la protesta ciudadana en las calles que no reciba represión de
la Fuerza Pública y ésta no les cause la muerte a alguno de sus participantes. Hasta
la protesta antitaurina en Bogotá dejó un saldo de un muerto causado por el
ESMAD.
Qué significa ésto?
Evidentemente que la vida nacional está militarizada cuando se da tratamiento
de guerra a una simple protesta ciudadana por mínimas que sean sus exigencias.
En Colombia, a diferencia de Venezuela, no está en juego la seguridad nacional,
y sin embargo en Colombia se producen muchisímas más muertes por la
intervención de la Fuerza Pública.
Desde luego esa
militarización responde a la Doctrina Militar imperante en la Fuerza Pública, una
doctrina contra-insurgente, la del Terrorismo de Estado de la DSN (Doctrina de
Seguridad Nacional). Esa doctrina permite imbuir a los miembros de la
hipertrofiada Fuerza Pública de los principios del ”enemigo interno” y, más
aberrante aún, de “secarle el agua al pez”, los cuales han permitido toda clase
de desafueros por parte de la Fuerza Pública contra los campesinos e indígenas,
y los habitantes pobres de las ciudades.
Según el CNMH el
conflicto interno ha dejado 220.000 víctimas mortales –hay cifras de 600.000 y
otros de casi 1 millón de víctimas- y más de 7,5 millones de desplazados
internos, a quienes les han robado 8,5 millones de hectáreas, una auténtica
Reforma Agraria regresiva. Tal enormidad no nos cabe en la cabeza y siempre nos
preguntamos, cómo ha sido posible haber sumado tal cantidad de seres humanos
asesinados? Por qué llegamos a ese cuadro demencial? Tal cantidad de muertos ha
sido posible con prácticas criminales como:
* la desaparición
forzada (70.000 víctimas, 97,7% responsabilidad del estado),
*las masacres (casi
4.000 masacres, 83,3% responsabilidad del estado),
* ejecuciones
extrajudiciales (83% responsabilidad del estado, de ellas más de 3.500 ejecuciones
cometidas durante los gobiernos de Álvaro Uribe Vélez),
* y desplazamiento
forzado (una forma de redistribuir la tierra a favor de los terratenientes y
ganaderos, 100% responsabilidad del estado, por acción u omisión).
Como se deduce de esa
responsabilidad estatal, las guerrillas –FARC, ELN, M-19, EPL, Quintín Lame,
etc- son apenas responsables entre todas de menos del 15 % . Sin embargo, en el
mundo circulan los errores atribuídos a las guerrillas, en tanto se silencian
los horrores provocados por las fuerzas militares-narcoparamilitares del estado
colombiano, el cual, como dice Jens Holm, practica el Terrorismo de Estado
mientras se autotitula la “democracia más antigua” de suramérica.
O como ahora con
Venezuela, el gobierno de JM Santos, haciendo el papel de bufón del imperio que
grita a los cuatro vientos, dando cátedra de respeto de los derechos humanos
cuando tiene tremenda viga en sus propios ojos.
Ahora bien, puede responderme el presidente Santos si en la
Colombia de hoy es necesario mantener 500.000 unidades armadas en la Fuerza
Pública? Por qué el gobierno Santos está comprando aviones de guerra de última
generación a Suecia, si estamos en pleno proceso de implementación del Acuerdo
de Paz con las FARC-EP? Será que el Noble de Paz piensa de veras cumplir su
sueño de convertir a Colombia en ”el Israel de Suramérica”? O será que ante la insolvencia petrolera de Colombia sus apetitos se vuelcan hacia Venezuela?
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