Allende La Paz, Cambio Total.
La desfachatez y cinismo
de los corruptos en Colombia no tiene límites. Resulta que los corruptos
politiqueros y empresarios el 1o de Abril 2017 han organizado una marcha “de la
corrupción”. No puede llamársele de otra manera.
No es que sea una marcha
para denunciar la incommensurable corrupción, no. Es una marcha en la cual las
cabezas visibles son los personajes más corrompidos en la historia de Colombia.
El narco-paramilitar número 82 ex-presidente y hoy senador, Álvaro Uribe Vélez
es uno de los organizadores, a pesar de todos los delitos cometidos en su vida
pública.
Lo secunda el
ex-procurador Alejandro Ordóñez, separado de ese cargo por su enorme corruptela
en la Procuraduria, la cual convirtió en un estercolero de tráfico de
influencias (tú me nombras, yo nombro los tuyos en la Procuraduría) y autor de
las quema de libros, practica fascista que realizó en su natal Bucaramanga y en
la Procuraduría.
Le sigue el ladrón de
tierras de campesinos, José Félix Lafaurie, quien al frente de la agremiación
de ganaderos –Fedegán- adelantó la guerra narco-paramilitar contra los
campesinos para desplazarlos y apoderarse de las tierras ”civilizadas” a golpe
de machete y hacha.
También, actuando tras
bambalinas, están los empresarios y financistas que se han enriquecido con los
actos de corrupción. Ejemplo lo tenemos con el señor Luis Carlos Sarmiento
Angulo, quien durante los 8 años del gobierno más corrompido de la historia
colombiana, el de Álvaro Uribe Vélez, se hizo crecer 3 veces su corrupta y
ensangrentada riqueza. Prueba de ello es que está inmerso en el escándalo de
corrupción de Odebrecht. Falta saber cuántos actos más.
Otro que por su cargo
actual no estará marchando es el Fiscal Nestor Humberto Martínez, salpicado por
el escándalo de Odebrecht toda vez que es el asesor jurídico de Luis Carlos
Sarmiento Angulo, mas sin embargo los estará acompañando de corazón y dará la
orden a los funcionarios de la Fiscalía de asistir a la ominosa marcha.
Ante el rechazo de
diversos sectores ante la “Marcha de la Corrupción”, sus organizadores han ido
cambiándole el nombre para pescar incautos que se sumen de Buena fe a la
corrupta marcha. Los corruptos no pueden marchar contra la corrupción por cuanto
sería actuar contra su propia esencia y contra sus propios intereses.
El límite tenemos que
ponérselo los colombianos a los corruptos. Debemos no solo denunciar sus actos
de corrupción, sino tenemos que crear mecanismos para sancionarlos: no votar a
los corruptos, no vender el voto, realizar marchas verdaderas contra la
corrupción, abrazar la implementación del Acuerdo Final de Paz como forma única
de combatir la corrupción, etc, etc.
Ya que la corrupción es
inherente al establecimiento que gobierna Colombia y que por mucho que haga un
gobierno y su estado solo logrará “reducir la corrupción a sus justas proporciones”,
es imprescindible continuar con la Implementación del Acuerdo Final de Paz, fórmula
única, reiteramos, de combatir el flagelo de la corrupción en la Nueva Colombia
en paz con justicia social en que estamos empeñados el pueblo colombiano y las “reservas
democráticas”.
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