Estamos viviendo en Colombia un período especial de incertidumbres. Nadie alcanza a imaginar que sucederá en el país de Macondo, el del realismo mágico.
Las FARC-EP, con su accionar político-militar logró lo siempre soñado, alcanzar la solución política al conflicto armado que por cuenta de la oligarquía y el imperio sufre Colombia desde hace más de 52 años. Las FARC pasaron así de vivir las incertidumbres de la guerra a vivir la incertidumbres de La Paz.
Hoy ya las incertidumbres no son los bombardeos, los ametrallamientos, los minados, las emboscadas, las tomas de pueblos, sino las incertidumbres de la implementación del Acuerdo Final para una Paz estable y duradera. Se posiciona en el escenario político la Paz como consigna movilizadora del pueblo -en favor o en contra- y ya hemos visto que tanto logra en las manifestaciones posteriores al "triunfo" fraudulento del No. No entendemos cómo en un país se puede "triunfar" con tesis fraudulentas y mentirosas, torciéndole el pescuezo a la verdad.
Mas la Paz va, se mueve y avanza a pesar de los "enemigos de la Paz", o sea, avanza en contra de los sectores uribistas, Vargas-lleristas, fiscalistas, de los metirosos fundamentalistas cristianos, etc, etc. Esa marcha y avance se ve de diferentes maneras.
Vemos la alegría del pueblo, manifestada por niños, adultos, campesinos, etc, al paso de las FARC-EP, su ejército del pueblo, marcha que se convirtió en un campanazo de alerta para la clase politiquera tradicional colombiana. La simpatía del pueblo por las FARC-EP no deja dudas. Que vea el que quiere ver y que oiga el que quiere oír. No solo en las marchas se percibe ésto, sino en los propios campamentos veredales y en cuanta actividad pedagógica participan las FARC-EP.
Esa alegría quiere ser empañada por la aplicación continuada del Terrorismo de Estado, en sus variantes oficial legal e ilegal. Persisten en su vano empeño de torpedear la paz al seguir con las ejecuciones extrajudiciales de las líderes sociales, continuación de la Doctrina de Seguridad Nacional (DSN) y su teoría de "secarle el agua al pez" o enemigo interno. El año pasado fueron 116 líderes populares sociales asesinados mediante ésta modalidad criminal y este año 2017 ya van 15 asesinados.
Al tiempo se sigue implementando el neoliberalismo capitalista mediante la venta y privatizaciones de empresas rentables del estado (ETB, EEB, Reficar, etc) y con la aplicación de una Reforma Tributaria que con el ridículo aumento del salario mínimo esquilma los empobrecidos bolsillos de los colombianos pobres (la mencionada Reforma Tributaria aplica carga tributaria hasta a las toallas higiénicas!).
La situación difícil que viven los hogares colombianos, su movilización contra esas medidas neoliberales, es tratada de ser aplastada mediante la represión de sus aparatos armados, como el ESMAD -auténtico ejército fascista-, que le dan tratamiento de guerra a cualquier protestas ciudadana. Igualmente el tratamiento dado a los campesinos cocaleros del Catatumbo, que ha originado desplazamiento forzado hacia Venezuela, demuestra que al gobierno le interesa en lo absoluto la solución de los problemas de los colombianos pobres y que su existencia es meramente para favorecer a los ricos, a los poderosos, así sea a través de la corrupción, caso Odebrecht, por ejemplo.
Mas el pueblo no se amilana. Sigue su resistencia de masas. Bloqueos de carreteras, enfrentamientos del fascista ESMAD, huelga de hambre de los presos políticos y guerrilleros de las FARC-EP y movilizaciones de todo tipo, hasta llamamientos al gobierno nacional para la Implementación del Acuerdo Final, en la parte que a ellos como pueblo concierne, que convirtie el Acuerdo Final del Teatro Colón, en arma y consigna movilizadora del pueblo contra sus consabidos incumplimientos. Implementación del Acuerdo Final ya, sin dilaciones, sin marrullerías y sin excusas.
El palo no está para cucharas, definitivamente.
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