En política la soberbia se paga.
En política la soberbia se paga. Nadie más soberbio que el
Número 82. Soberbio y violento. Además
de politiquero mafioso. Con el triunfo
pírrico del No en el plebiscito creyó que de verdad él era el “Mesías” y
comenzó a urdir cómo prolongar las consultas post-plebiscito. Creyó que podría
someter a 44 millones de colombianos y tacó burro.
El pueblo se levantó de
su modorra e indiferencia hacia los politiqueros y se movilizó exigiendo
Acuerdo Ya! Entonces el Número 82 sacó sus trasnochadas propuestas. Impunidad
para los delitos propios de su ”camorra” de funcionarios inmersos en diversos
delitos, que van desde delitos comunes, delitos políticos hasta delitos de Lesa
Humanidad. Robo de tierras adquiridas con la modalidad delincuencial de la “buena
fe” –aunque algunos sí actuaron de Buena fe al comprarlas- y mantenimiento del statu quo –todo queda igual y así derrotarían 52 años de lucha de las FARC-EP
por la Paz y por comenzar a construir entre todos un Nuevo País-.
Con sus propuestas, el Número 82 se auto-excluye del
proceso de
paz –como lo ha hecho a pesar de reieradas
invitaciones-, para presentarse como “el barraco”, perdón, berraco, que lucha
por imponer sus retrogrades y mafiosas opinions.
No se
saldrá con la suya. El pueblo que miraba lo que hacían desde la Casa de Nariño,
del Parlamento y desde la rama judicial, hoy dijo Basta y ha echado a andar
manifestándose de múltiples maneras, ahora de manera masiva.
Los
ríos de gente que ha llenado la Plaza de Bolívar en varias ocasiones están
decididos a lograr la Paz y han entendido que son ellos, con sus propias manos
y manifestaciones, quienes pueden imponérselas a los sectores más retardatarios
de la vida colombiana.
Adelante, pues, por la Paz con Justicia Social.
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