José María
Carbonell, Cambio Total.
Si algo se
convirtió en un nefasto obstáculo para el ejercicio democrático en Colombia, a
la par del Terrorismo de Estado, es la re-elección del presidente. Tan maloliente
ejercicio de las clases oligárquicas en el poder ha convertido el manejo del
estado en una feria inmoral –si cabe ser más inmoral que antes- de todas las
corruptelas habidas y por haber.
Por ahí anda una
mafiosito-paramilitar quejándose de la « mermelada » untada por el
actual presidente porque precisamente él, el que más « mierdalada »
untó en el pan de la corrupción que carcome al país, no tiene « dineros »
para seguir untando tan apestosa « mantequilla » o « mermelada ».
Porque hay que decirlo. Los esparcidores de « mierdalada » usan los
dineros públicos –de todos los colombianos- para sus proyectos de re-elección o
de elección.
De dónde salen
los dineros para las campañas políticas de los partidos ? Pues naturalmente
de las arcas estatales, dizque para fortalecer la « democracia ». La
democracia que los favorece a ellos, porque cuando no los favorece desconocen
hasta los tratados internacionales, que por éstos días es jalonado –en un
intento de usar el patrioterismo más barato- para acallar la protesta del Paro
Agrario.
La « anosmia »
congénita de los miembros oligárquicos que se dedican a « hacer política »,
es decir, a vivir de los dineros públicos « per secula seculorum »,
les permiten sobrevivir en semejante estercolero. No sienten el olor cacolado
de los demás ni el pestilente olor propio. Ni con 50 kilos de potasa se
quitarían ese nauseabundo olor.
Lo extraño es que
cada vez más se « lanzan » a ese estercolero para tener para comer –y
enriquecerse- porque la mierda yede pero la ajena, no la propia, porque la
propia a muchos les huele a rosas. Máxime cuando el nauseabundo olor es elevado
a forma –increíble- de hacer política. No es importante para avalar sus
aspiraciones contar con un programa, un partido político con principios éticos
y valores morales, sino una « jedionda » maquinaria que le compre de
mil maneras los votos.
Uribhitler no
tiene los nauseabundos y « mierdalados » dólares derivados del
narcotráfico –porque él mismo mató a la « gallinita de los huevos de oro »
al extraditar a sus socios a USA- y quien hoy los esparce para que lo huelan
los enfermos del dinero y el poder es el siempre « mierdalado »
Santos, de los Santos de El Tiempo, quienes siempre recibieron su parte de « mierdalada »
nacional para qeu siguieran adormeciendo al pueblo, se acostumbrara a reconocer
el olor de la « mierdalada » como el olor nacional y no se movilizara
porque ese era el olor que salía de los edificios estatales de la Plaza de
Bolivar.
Afortunadamente
el pueblo no padece de « anosmia » y por el contrario está
demostrando cual es el olor nacional. El olor a sudor proletario, el único
crador de riquezas.
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