Cambio Total.
Cincuenta años.
Edad ya madura para un ser humano. Edad muy chiquitica para una organización revolucionaria. Los tiempos son muy diferentes desde el punto
de vista filogénetico, ontogénico e histórico. Hoy nos congratulamos con nuestro pueblo –ese pueblo
que sufre el más cruel e inhumano Terrorismo de Estado- que éste cuente con una
organización revolucionaria que ha soportado los embates más devastadores que
organizacion alguna haya enfrentado.
Desde 1964, año
en el cual el imperio y el círculo liberal-conservador en el poder decidieron
convertir a Colombia en un laboratorio de Guerra contrainsurgente, las FARC ha
soportado de todo. El ataque a Marquetalia mostró lo que quería el Estado y cómo
lo quería. Aniquilamiento total. 16.000 soldados, aviación y guerra biológica
fueron lanzados como una jauría tras 48 campesinos -2 mujeres y 46 hombres-
tras los hombres y mujeres rectos, concientes y apertrechados con su ideología.
Desempolvaron viejos fusiles de fisto y con ellos enfrentaron a la jauría
militar, la cual llegó a entregar algunos fusiles. Se iniciaba un largo camino
de resistencia, lucha y apertrechamiento ideológico, que hoy es ejemplo para
todos los pueblos. El marxismo-leninismo se fue llenando con el pensamiento libertario
de Simón Bolívar, simbiosis total.
Cada nuevo
presidente reiteraba la declaratoria de guerra contra el pueblo colombiano y
cada aquel que entregaba el gobierno se iba con su derrota a cuestas. Igualemte
pasaron miles de generales que prometieron vencer a las FARC. Algunos con la
aterosclerosis propia de la senectud recuerdan las gestas épicas, no de ellos,
sino de las FARC ya que ellos vivieron para acabarlas y les tocó irse a retiro
forzoso con un mal sabor en la boca. Las FARC se erigían en invencibles, dado
que los generales y sus mandadores nunca contemplaron –ni contemplan- que una
guerrilla es invencible si cuenta con una base social como la de las FARC.
Igualmente, desde
su nacimiento las FARC ha sido una buscadora de la Paz. Desde el manifiesto
leído por Jacobo Arenas, hasta las declaratorias de su comandante supremo,
Manuel Marulanda Vélez, las FARC han insistido una y otra vez en la necesidad
de buscarle una salida política, civilizada, al conflicto interno. Los
cavernarios, los dinosaurios, los trogloditas estaban en el lado estatal y en
muestra de su arrogancia soñaban –aún sueñan- con acabar a las FARC. A pesar de
aquello, los medios de comunicación en poder de la oligarquía, jugando su papel
mediatizador y desideologizante, insisten cada día en exigirles a las FARC
gestos de Paz como si en política, estrictamente hablando, las acciones
militares no fueran gestos de paz ya que cada acción las acerbaba –y las
acerca- hacia la solución política del conflicto interno.
Por ello, todas
las acciones por obligar a la otra parte –el Estado- a sentarse a dialogar para
alcanzar la Paz. Han sido varios los intentos. El gobierno ha pateado la Mesa
en todos esos intentos. Hasta que ahora, quiéranlo o no, están « amarrados »
a la Mesa de Conversaciones. Hoy las FARC y el Gobierno en representación del
Estado, están sentados en la Mesa de Conversaciones de La Habana, no en monasterios
ocultos, sino en el propio Centro de Convenciones de La Habana, y el solo hecho
de la existencia de esa Mesa influencia toda la vida política del país, hasta
las elecciones presidenciales. La situación actual es muestra de este aserto.
Las FARC-EP en
sus 50 años están más que vivas. Crece y se desarrolla en el centro mismo de la
vida del pueblo colombiano. Al lado de él y sus luchas. Nos reconfortamos
cuando intuimos su presencia en las acciones de masas. No para « infiltrarlas »,
sino para vivir la lucha, adelantar las luchas de masas, porque ellas son « pueblo
en armas ».
El pueblo
colombiano no participa en las elecciones actuales porque sabe que allí ninguno
de los candidatos oligárquicos lo representa. Mas se prepara para, mediante las
acciones de masas, darle el golpe definitivo al estado burgués que adelanta el
horroroso Terrorismo de Estado.
La singularidad
de Colombia está en que el pueblo tiene un ejército guerrillero que combate a
las fuerzas militares-narcoparamilitares estatales de tú a tú, y cada golpe que
ellas propinan son la respuesta popular al Terrorismo de Estado recetado por la
progringa Doctrina de Seguridad Nacional.
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