A raíz del develamiento que hizo la Revista Semana del restaurante-central de espionaje Andrómeda en Galerías ha saltado a la palestra quienes son los que conforman el sector militarista -militares y civiles-que esta en contra del proceso de conversaciones de La Habana.
Sabido que el militarismo ha sido una corriente dentro de las fuerzas militares, más creemos que no es la mayoritaria ya que siempre ha prevalecido el acatamiento de los militares a las orientaciones de su comandante en jefe, el presidente de la república. De igual manera es sabido que sí hubiera sido por el sector militarista, los militares se hubieran lanzado a la aventura de un Golpe de Estado en algunos momentos de extrema debilidad del estado o de descontento al interior de las fuerzas militares por la forma en que se dirigía la lucha anti subversiva.
Igualmente, el sector militarista de civil es minoritario, con peso entre los sectores mafiosos y terrateniente, uno de cuyos más fieles representantes es el narco-paramilitar ex presidente Uribhitler y representados por Fedegan y su presidente del momento, un tal Lafaurie. La fuerza de este sector se basa en el narcotráfico y la tenencia fraudulenta de la tierra, para lo cual cometen toda clase de tropelías con sus esbirros, los neo-narco-paramilitares que hoy les llaman BACRIM y los han dividido en varias organizaciones llamadas los Rastrojos, los Uribeños, los Águilas Negras, y otras denominaciones.
Al interior de las fuerzas militares quedan rezagos de los trogloditas militaristas que siempre privilegiaron el asesinato en todas sus formas -masacres, desapariciones, ejecuciones extrajudiciales, torturas, desplazamiento forzoso-, y creían que el tratamiento violento era el único para resolver conflictos en una sociedad. Hoy día está más que demostrado que hay formas civilizadas y más naturales para tratar los conflictos en una sociedad y los militares han ido asimilando esas nuevas corrientes del pensamiento del ser humano.
Es claro que al interior del estamento militar hay una lucha por avanzar hacia las formas modernas de tratar conflictos y la relación de los militares con defensores de DH ha ido creando todo un ambiente favorable a la discusión entre las dos visiones, la militar y la civil. Cada día que pasa se demuestra que el sector militarista no tiene nada que ofrecer a los propios militares y a la sociedad civil, a no ser la guerra y con ella el asesinato de otros seres humanos. Igualmente, los militaristas han demostrado su incapacidad de vencer a las guerrillas de las FARC-EP y el ELN y como el marrano "ante un yucal, lo que no se puede comer lo estropea".
Es a todas luces evidente que los sectores retardatarios "enemigos de la Paz" están haciendo todo a su alcance para torpedear el proceso de La Habana. Mas cada día el margen de maniobra que tienen es más estrecho y su aislamiento es más que palpable. El narco-paramilitar ex presidente se ve desesperado y aislado. Su candidato presidencial no despega. La candidata de los godos tampoco demuestra "química" con los electores. La razón no puede ser más sencilla. Sus propuestas no satisfacen los deseos de los electores quienes están deseos de vivir en un país en paz con justicia social.
El pueblo colombiano esta decidido a conquistar la paz al precio que sea. No serán los fascistas y mafiosos "enemigos de la paz" quienes se atraviesen como "vacas muertas" a los deseos de la inmensa mayoría de colombianos por alcanzar una solución política al conflicto que le garantice vivir la vida en paz, con justicia social, democracia, libertad, independencia y soberanía nacional.
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