Cambio
Total.
Aún no
comienza el debate electoral y los « candidatos » oligárquicos están
trenzados en una lucha sin cuartel, hacienda uso de las más bajas armas. Publicaciones de libros, respuestas del
otro, uso de propaganda antes de tiempo, y...
Y la verdad es
que los escándalos que implican a altos políticos muestran lo que siempre hemos
venido diciendo en Cambio Total: la ligazón indisoluble entre
narcotráfico-políticos tradicionales. No es solamente el caso de unos « jefes »
liberales o conservadores, sino de las cúpulas de esos partidos en cabeza de
los presidentes (hoy ex presidentes). Una vez establecido ese contubernio
impúdico, la utilización de las estructuras y dineros del narcotráfico para
adelantar la principal política estatal –la lucha contrainsurgente-, se cae por
su propio peso.
El narcotráfico
corrompió –y sigue corrompiendo- a toda la clase política de variadas maneras.
Con dineros financiando las campañas políticas. Con votos obligados por las
armas de los neo-narco-paramilitares. O con la utilización de esas bandas para
eliminar contradictores.
La única política
sería, limpia, es la que se adelanta en La Habana por parte de las dos partes,
aunque la parte estatal siempre anda « metiendo caña para sacar guarapo ».
Las FARC-EP están mostrando al país cómo se hace política en favor del pueblo y
cómo el pueblo responde de manera vigorosa cuando tiene los espacios para
adelantar su lucha política y reivindicativa.
La política que
adelantan en La Habana nos deja un halo de esperanza y evidencia que en Colombia
hay partidos populares, de izquierda revolucionaria, que son alternativa a los
candidatos del régimen. Unos candidatos oligárquicos que salen mal parados ante
los escándalos de corrupción que se denuncian y se « tiran los trapitos al
sol ». Es evidente y queda claro –ya lo dijimos hace unos meses-, es que la
re-elección de Santos dependía –y depende- de los diálogos de Paz en La Habana.
Ya sabemos que se
« tira al agua » el presidente, a pesar de su falta de claridad
frente al proceso de La Habana. JMSantos tendrá si quiere ganar las elecciones
que decidirse con todo por la Paz. No es posible continuar con la mezquindad
típica de la oligarquía y « agarrar el toro por los cuernos » y
entrar de verdad a solucionar las causas que han dado origen al conflicto
interno. Tenencia de tierra, latifundio improductivo, inclusión del pueblo a la
vida política, participación política sin el temor a ser asesinado por sus
opiniones políticas, y definir qué es lo que quiere el gobierno y el estado
hacer con el narcotráfico.
Las FARC-EP desde
mucho antes del Caguán están claras –como en los otros puntos- sobre como se
debe abordar el problema del uso de drogas ilícitas para darle la solución
acertada. « Muerto el perro, se acaba la rabia », dice el dicho
popular. En ese tratamiento, juega su papel el gobierno de los Estados Unidos
ya que ellos son los creadores y mantenedores del problema al demandar el uso
de sustancias alucinógenas. El problema si quiere ser abordado seriamente
deberá ser tratado como un problema de salud pública, semejante al tratamiento
a las enfermedades derivadas del uso de alcohol o tabaco, por ejemplo.
Los diálogos de La
Habana nos están mostrando que podemos construir un Nuevo País, nuevas
Instituciones, una Nueva Colombia en Paz con Justicia social.
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