Por: Fecode/Pacocol.
La violencia contra los líderes
sindicales no cesa, la persecución no se detiene, mientras tanto el
Estado solo observa como los líderes son asesinados y los crímenes
quedan en la impunidad.
El 64% de los sindicalistas en el mundo son asesinados en Colombia y de estos el 99.9% se encuentran en total impunidad.
Según informe del Cinep, las violaciones a los derechos humanos en el movimiento sindical fueron 4.785 y los muertos 3.000 en el 2012, es decir, 125 atropellos, uno cada tercer día, y 115 asesinatos por año: un muerto cada 72 horas. ¿Habrá en el mundo un cuadro igual de aniquilamiento social?
Domingo Tovar, ejecutivo Cut, manifiesta que: “En la medida en que se acerca la coyuntura electoral y se polarizan las discusiones políticas en el país, se avanza también en la violencia en contra del movimiento sindical y en este caso en concreto tenemos el asesinato de dos sindicalistas en la última semana, un afiliado a Sinaltrainal y el otro, al sindicato de Mototaxistas de Colombia”.
Para el Programa de Naciones para el Desarrollo, Pnud, en la última década se registraron más de 2.800 homicidios de líderes sindicales y trabajadores sindicalizados en Colombia, así como 216 desapariciones forzadas, 163 secuestros y 83 torturas.
La violencia contra los sindicalistas se concentra en los gremios de maestros y de trabajadores bananeros y petroleros. Los departamentos más afectados son Valle del Cauca, Atlántico, Córdoba, Arauca y César.
“Los sectores más afectados y más vulnerables en el marco de la violencia es todo lo el sector de la educación y el sector minero energético, dado que en él se desarrollan economías claves y en estos sectores hay proyectos de grupos alzados en armas y el caso concreto del paramilitarismo, que se revive en Colombia” agrego, Domingo Tovar.
Recientemente el atentado contra el presidente del sindicato de Superintendencia de Puertos y Transportes, Octavio Salcedo Perdomo, evidencio lo expuestos que se encuentran los sindicalistas, que a pesar de los esquemas de seguridad, pareciera que la impunidad, la desidia y la invisibilidad, cuando de restablecer derechos de verdad y justicia del movimiento sindical, imperan cuando este sector social es el afectado.
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