Está ante nuestra mirada las dos caras del neoliberalismo del estado colombiano. Y ambas son igualmente horrorosas, así la una lo sea más que la otra, pero al final horrorosas las dos.
Nada más aborrecible que la bajeza moral de la mafia que hoy quiere mostrarse condolida por la suerte de los colombianos pobres, cuando en los 8 años que estuvo en la ”Casa de Nari” (palacio presidencial) lo que hizo fue escamotearles sus salarios y sus pensiones, además de asesinar a todos los líderes populares bajo la mentirosa excusa de la guerra contra el ”terrorismo”.
La mafia tiene como máxima que ”el que se desvíe se muere” y por eso vemos como los mafiosos del narco-paramilitarismo, los famosos hermanos Castaño se fueron matando unos a otros, a excepción de Fidel Castaño quien fue dado de baja por las FARC-EP, al punto que R Castaño asesinó a su hermano y al primero lo asesinaron otros mafiosos, así en cadena infinita que muestra el horror de pertenecer a semejante bazofia del capitalismo.
Mas esa cara dantesca, que causa horror y que amenaza -y mata- a todo aquel que se le enfrente -como buen mafioso-, ha mostrado cuán fea es. En la convención del Álvaro Uribe Centro Democrático (AUCD) mostró cómo gobierna la mafia. A dedo, a l deseo del ”Capo” o ”Patrón” heredero y quien no sea de su confianza ”nunca gana” y siempre pierde así se les arrodille como hizo ”Facho” Santos, quien debe estarse revolcando en el vómito de bilis después de la célebre ”convención del AUCD”.
Esa cara tiene como los titiriteros otra cara de títere. Mas que cara diríamos cabezón ya que el candidato tiene mucha cabeza y poco cerebro en su caja craneal. Da asco ver las muestras de abyección de los candidatos del AUCD, quienes competían a cual más era más fiel y arrodillado. Pobre ”Facho” Santos, nunca gana una, más por torpe e incapaz que por otra cosa. Y así, rodeándose de los ”ineptos”, es decir, la escoria, el ”Patrón” Uribhitler sobresale por su ”inteligencia” que no le ha bastado para comprender que desde 2010 los tiempos han cambiado en Colombia, como lo demostró el Paro Agrario y Popular.
Como si no fuera horripilante esa primera cara, la otra cara quiere mostrarse amable, pero muy al estilo oligárquico santafesino te apuñala mientras te abraza. La estela de sangre dejada por los regímenes oligárquicos, especialmente durante los tiempos de Pastrana y Uribhitler, es continuado a cuenta gotas por el de JMSantos. Ahí están las cifras que muestran que en ningún momento se ha parado el Terrorismo de Estado y, por el contrario, los llamamientos de Santos a combatir las FARC-EP han sido bien entendido por las fuerzas militares-narcoparamilitares y ha seguido asesinando sindicalistas, líderes populares, mujeres, defensores de derechos humanos, etc, ni qué decir del tratamiento dado a la Protesta del Catatumbo y al Paro Agrario y Popular.
Esa doble cara está patentizada con la célebre frase de JMSantos de que ”sus tres huevitos ahora son tres gallos de pelea” y no se ha quedado en privatizaciones ya que sigue la venta de Ecopetrol y electrificadoras al capital privado. Si ese panorama no fuera oscuro, sigue el neoliberalismo su marcha triunfal cuando el gobierno Santos propone entregarles a las EPS -ahora llamadas EGS- la bicoca de 40 billones de pesos para que, como hoy, después de declaren en crisis y en quiebra, dejando los pocos hospitales públicos que quedan viendo un chispero. Y ni se diga de la entrega de nuestra soberanía nacional a las Multinacionales.
Sabemos de esa doble cara, sabemos de sus crímenes y violaciones de derechos humanos. Estamos viendo ante nuestros ojos el inicio del genocidio de la Marcha Patriótica y no nos quedaremos callados. Qué clase de propuesta le pueden proponer los delegados gubernamentales a las FARC-EP? La entrega de armas para después asesinarlos?, como siempre ha hecho la oligarquía colombiana con los luchadores populares enguerrillerados.
No. Tenemos que abordar lo que se discute en La Habana bajo el tamiz de la historia. Y ésta no nos deja tranquilos cuando vemos la marrullería y el cinismo conque maneja la oligarquía la cuestión del poder en Colombia. No queremos más Terrorismo de Estado y para ello tenemos que no solo cambiar de ministro de defensa, sino también cambiar la Doctrina que mueve a las fuerzas militares-narcoparamilitares colombianas. Ahí comenzaríamos a transitar caminos de reconciliación hacia la verdadera Paz.
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