Los terrenos baldíos de Semana

Por: Pablo Medina Uribe, La Silla Vacía.

Esta es una entrada muy breve para contarles de un descubrimiento que vi hace poco en la cuenta de twitter de Rafael Noguera (pero que al parecer fue originalmente publicado en la cuenta de @JOSEPHRALPH).
En medio del augue mediático que han tenido las problemáticas sobre la tenencia de tierras en Colombia, el descubrimiento consiste en que en 2007 (durante el gobierno de Uribe), la revista Semana era bastante estricta con la ley de baldíos.

En ese entonces, la publicación semanal opinaba esto sobre la estrategia que tenían el congresista risaraldense Habib Merheg (investigado por parapolítica) y algunos de sus allegados para quedarse con varias hectáreas de baldíos en el Vichada:

"Que él y sus amigos adquieran tierras y lleven inversión no tiene ninguna objeción. El problema surge cuando es el gobierno el que se las adjudica de un plumazo. Los baldíos son tierras que pertenecen a la Nación y por ley sólo se pueden entregar a colonos que demuestren que llevan más de cinco años ocupando y explotando por lo menos el 80 por ciento del área. Lo máximo que se entrega por persona es lo que se llama la Unidad Agrícola Familiar (UAF), que corresponde a una porción de tierra que garantiza la subsistencia de una familia.
Esa extensión varía de acuerdo con la productividad de la tierra y para Vichada, la UAF equivale a máximo 1.294 hectáreas. Es claro que los amigos inversionistas del senador risaraldense no cumplen los requisitos de adjudicación, pues llevan menos de dos años en la zona. Incluso algunos de ellos, que hablaron con SEMANA, reconocen que nunca han ido a los Llanos".

Sin embargo, ahora la revista Semana parece tener una opinión muy diferente sobre este asunto de los baldíos. Hablando del reciente escándalo de compra irregular de terrenos baldíos que implicó a las compañías Riopaila y Cargill, a la firma de abogados Brigard y Urrutia y al ahora exembajador colombiano en Washington, Carlos Urrutia, Semana publicó este domingo un artículo en el que argumenta que:

"La otra realidad es que la solución de la altillanura no es la agricultura campesina, sino la agroindustria. Durante el reciente debate, todo el mundo repitió una y otra vez que en esas extensiones caben las dos modalidades. Eso puede ser verdad, pero como afirmó el gobernador de Vichada, Andrés Espinosa, el desarrollo de la región solo será posible si llegan los capitales privados.
Eso también lo pensaban los últimos gobiernos, los cuales eran conscientes de esas inversiones agroindustriales, que en ese momento eran consideradas convenientes. La tierra en la altillanura es muy mala y no es apta para el agro. El nivel de acidez es tan elevado que se requieren cuantiosas inversiones para volverla fértil. Ese problema no se podía solucionar si se le daba una interpretación restrictiva a la Ley 160 de 1994, pues la explotación de una sola UAF no podía ser rentable".

Probablemente este artículo no lo escribió la misma persona que escribió el mencionado antes, pero de todas maneras es interesante ver cómo cambió la posición editorial del medio en apenas cinco años. Ahora, ¿por qué el cambio? ¿Fue porque la discusión sobre los baldíos está en el centro del debate nacional actuañ? ¿Porque se viene un paro agrario y la revista quiere ser prudente? ¿Porque "Urrutia" suena más bogotano que "Merheg"? ¿Porque hubo un cambio de gobierno y el actual es cercano a la revista? ¿Porque el actual gobierno está impulsando –por lo menos de palabra– una reforma agraria y no quieren obstaculizarla? ¿Porque creen que hay más razones para sospechar de Metheg que de Urrutia o las compañías involucradas?

La verdad es que no lo sé, así que recurro a la fiel tribuna, ¿ustedes qué creen?

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