Los pasos hacia
la Paz no son como los primeros pasos dados por un infante. Son pasos adultos
que deben ser dados con la seguridad de que lo que alcanzaremos será para el
bienestar de la sociedad colombiana y por un alto sentido de patriotismo. Por
ello, llama la atención que los « pasos gubernamentales » son dados
con una alta dosis de inseguridad, con un discurso altisonante que muestra que
no sabe hacia a dónde va ya que por un lado privilegia sus estridencias
llamando a más guerra –muchos por cierto-, y, por el otro, quiere enseñarnos a
los colombianos sobre la Paz –muy pocos realmente-.
Igualmente
queremos resaltar que la Paz es un proceso dinámico que consta de varias fases.
Hemos superado la fase de acercamientos
–con las FARC y el ELN-, y con las FARC se inició la fase de conversaciones en
donde se está discutiendo una Agenda acordada previamente que deberia resolver
las causas que originaron el conflicto interno por cuenta de la oligarquía. Esa
Agenda tiene puntos centrales y puntos, llamémoslo así, secundarios.
También tenemos
que resaltar que en esta etapa de conversaciones no deberían haber inamovibles
ya que se está es precisamente en la fase de conversaciones que pueden o no
llevar a feliz puerto el o los puntos abordados. La discusión en la Mesa de
Conversaciones tiene que ser una discusión objetiva, seria, medida, valorando
altamente los esfuerzos de uno u de otro y reconociéndolos, como han hecho las
FARC en algunas ocasiones y el gobierno en muchas menos. El gobierno debería
olvidar su Noísmo a todas las
propuestas de las FARC y escuchar con oídos atentos cómo aproximarse a esas
propuestas.
Si se llega a
feliz puerto se aprueban los puntos en cuestión, si no se llega a acuerdo será
necesario buscar otro procedimiento que resuelva ese impase. El peor de los
escenarios es ninguno porque la terquedad gubernamental ya lo ha llevado hasta
allá : la continuidad de la guerra. Sea que si o que no se logran acuerdos
totales en cada uno de los puntos se avanza a otros puntos de la Agenda,
muestra de un pragmatismo, y al final se daría la revalidación mediante la
firma de los Acuerdos (o una figura
alternativa en caso de que no se llegue a Acuerdos ?). Por lo que se
ha visto son cada vez menos los puntos de distancia, mas los puntos en
discordia son puntos que llamaremos centrales.
Naturalmente que
las ópticas guerrillera y gubernamental son diametralmente opuestas, dadas por
la base del pensamiento político-ideológico de cada uno de los lados de la Mesa.
Por el lado gubernamental la ideología del liberalismo del Neoliberalismo
capitalista es su norte y por ello no privilegia al ser humano, en tanto por el
lado guerrillero la ideología es la Marxista-Leninista, es decir, comunista, que
privilegia al ser humano en todas sus dimensiones.
De llegar a Acuerdos
no habría problemas y se firmaría. De no llegar a ellos surgiría un « ruido
ensordecedor », mucho más mediáticamente por parte de la oligarquía en el
poder, o se acrecentaría el ruido de la protesta popular, que podría tirar por
la borda lo construído hasta ese momento. Cómo haríamos los colombianos para
resolver ese nudo que impide el avance de la Paz. La participación popular. Un error del gobierno es haber cerrado la
puerta a la participación popular en la Mesa de Conversaciones ya que ellos
por ser los directos afectados por la guerra podrían ejercer su injerencia benéfica
para limar las « asperezas » entre las partes. Las FARC propuso la
participación popular desde el principio sabedora que es la única garante de
unos acuerdos de paz.
Por qué el
gobierno cerró la puerta a la participación popular ? Ya lo sabemos. El
temor al pueblo, el considerarlo « enemigo interno », su creencia de
que el pueblo avalará a las FARC, además de su visión de democracia burguesa –democracia
para mi clase, metralla homicida y represión para el pueblo- son algunas de las
causas que han producido ese error histórico del gobierno JM Santos. Error
histórico que podría tirar al traste esta única oportunidad histórica.
Pues bien, sea
que se llega a Acuerdos y se firman, sea que no se llega a ningunos Acuerdos o
éstos son parciales, llegamos a la
participación del garante de las Conversaciones y su parte fundamental del
proceso de Paz, el pueblo. O sea, ya en ésta fase es imprescindible la participación popular. Ello hubiera evitado, por
ejemplo, el « ruido popular » de la explosión del Catatumbo y otras
sucedáneas. Ya hubiéramos evitado los traumatismos que tanto preocupan a la
oligarquía en el poder, a los inquilinos de la « Casa de Nari », como
llaman ahora los mafiosos narcotraficantes al palacio presidencial.
Una vez firmados
los Acuerdos se deberá proceder a convocar una Asamblea Constituyente para
rubricar entre todos los sectores de la sociedad colombiana el gran tratado de
Paz que es una Constituyente para un país en guerra interna y deberá fundar a
su vez un Nuevo País, desde todos sus aparatos institucionales y militares.
Nacería ahí una Nueva Colombia, no una Colombia nueva porque eso fue intentado
con la Constitución del 91 y ya sabemos en qué ha parado, en una colcha de retazos
porque no se han tocado la forma de manejar el estado por la oligarquía ni sus
instituciones. Ese país deberá estar en Paz, con justicia social, libertad,
democracia, inpependencia y soberanía nacional.
Esa nueva
Constitución crea el nuevo país y comienza otra fase, la implementación de los Acuerdos, es decir, la oligarquía todavía
en el poder entraría a pagar la enorme deuda social que tiene con el pueblo, la
cual arrastra como pesado lastre. El pueblo es a su vez garante de la
implementación de los Acuerdos en el Nuevo País en todas sus dimensiones,
políticas, económicas, sociales, etc, y al mismo tiempo es su usufructuario. La
participación política, por ejemplo, haría innecesario el uso de las armas y
del asesinato de los contradictores políticos como « forma salvaje de
hacer política ». Desaparecerían las violaciones de derechos humanos, la doctrina
de Seguridad Nacional, etc, como guías para el accionar militar. Los sectores
adeptos al sistema capitalista podrían vivir sin los temores que hoy el « complejo
de culpa » atenaza sus cerebros : la seguridad.
Estaríamos
avanzando hacia la civilización de todas nuestras costumbres y viríamos la Paz
en paz, es decir, vivir la vida realmente. Es mucho pedir ?
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