Cambio Total.
Poco a poco ha
ido emergiendo la verdad de las víctimas en las discusiones que se adelantan en
el país sobre la Mesa de La Habana como solución a la guerra decretada por la
oligarquía y el imperio contra el pueblo colombiano.
Es imprescindible
señalar que el Estado representado por el gobierno trata de soslayar su
responsabilidad en el Terrorismo de Estado y trata de esconder esa verdad. La
mayoría de las víctimas son producidas por la maquinaria asesina de las fuerzas
militares-narcoparamilitares, como evidenció el Informe Basta Ya ! que a
pesar de su incompletitud y su maquiavelismo ha colocado el dedo en la llaga y
ya saltaron los defensores de oficio del estado.
Dice el Informe
que 220.000 víctimas ha dejado el Conflicto Interno, cifra incompleta pero que
demuestra el horror y la crisisi humanitaria en que han sumido al pueblo
colombiano. Si restamos las supuestas
víctimas causadas por las guerrillas (recordemos que allí están incluídos el
M-19, el EPL, Quintín Lame, CRS, el ELN y las FARC, y todos los demás que han
pactado procesos con el gobierno de turno), el 82,7% de las Masacres, el 83,2%
de las ejecuciones extrajudiciales o asesinatos selectivos, el 97,7% de las
desapariciones, son causadas por el Estado por acción y/u omisión.
El gobierno
deberá reconocer la totalidad de sus víctimas y resarcir a sus familias.
Igualmente debería hacer las guerrillas en cuanto se compruebe su autoría. Mas
no puede colocarse en pié de igualdad una y otra violación. Al gobierno le
compete el compromiso mayor por cuanto representa a un estado cuya obligación
es precisamente evitar que ocurra lo que ha estado ocurriendo en Colombia,
precisamnete porque desde el Estado se adelanta una guerra contra el pueblo.
Esa es la causal de las violaciones de derechos humanos. La guerrilla como
pueblo en armas responde a los ataques de las fuerzas estatales y esa sería la
consecuencia o la reacción a la acción estatal.
Este drama
humanitario está ligado –como con los otros puntos- con el punto de
participación política y por ellos son las propias FARC las que exigen que el
gobierno reconozca la responsabilidad estatal y entre a resarcir a las
víctimas, entre las cuales estarían ellas como miembros de la U.P. En el
maquiavelimso estatal vemos que ahora el Gobierno sí quiere la presencia de las
víctimas en la Mesa de La Habana –cuanod desde siempre las FARC ha solicitado
la presencia popular en ella- quizá porque serán ellos los que movilizarán a
las « víctimas » del secuestro y dejarán por fuera los miles de miles
víctimas de las ejecuciones extrajudiciales, las despariciones, las masacres,
las torturas y el desplazamiento forzado.
Nos impacta la
posición farisaica del gobierno quien insiste en negarse a propuestas de la
guerrilla de las FARC como la del Cese Bilateral de Fuegos (para evitar más
víctimas inútiles –soldados, policías, guerrilleros e hijos de pueblo), la
discusión de la tenencia latifundista de la tierra (nudo gordiano del conflicto
interno), la disusión de la aplicación del neoliberalismo (como se ve en la
venta de las acciones estatales de Isagen y Ecopetrol), e incluso de una
Asamblea Constituyente que demuestra el Noísmo del gobierno a propuesta que
verdaderamente irían allanando el camino de la Paz y la Reconciliación.
Quiséramso ver
una posición realista frente a la Paz y no meramente el farisaico discurso de
paz con guerra. Ese es el clamor del pueblo colombiano, pero el gobierno no
escucha y parece que en la Mesa se adelanta un diálogo entre un buen escucha –guerrilla-
y un sordo –gobierno-, al igual que hace con el contundente « No a la
Minería » de los pobladores de Piedras, Tolima.
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