Allende La Paz,
Cambio Total.
La demostración
de que el gobierno de JM Santos sabe muy poco, por no decir nada, sobre los diálogos
de Paz es su posición de ayer en la que expresa que « la Constituyente es el inicio y no el final de la paz ». No
sabe Santos que la Paz no es un « estado »
estático, sino un proceso. Un
proceso vivo hecho por seres vivos y no por seres que siempre quieren la muerte
de sus contradictores.
La Paz es un
proceso que se inició desde el momento mismo en que la oligarquía inició la
confrontación. Declaró la guerra y siguió cada 4 años decretándole la guerra a
la insurgencia armada y al pueblo colombiano, a fin de imponerles sus políticas
dictadas desde los centros de poder imperiales. Mas todo aquel que empieza una
guerra tiene que tener en su mente que ella termina en una paz futura.
Ahora bien,
sentarse a dialogar –así sea obligados como en el caso del gobierno colombiano-
es un primer paso hacia la paz, pero no es la paz misma, ni siquiera es el
inicio ni el final. Tampoco lo es la firma de unos acuerdos porque todos los
acuerdos se pueden romper. Mucho menos lo es la « dejación de las armas »,
porque si no se realizan transformaciones profundas no se ha llegado a ningunos
Acuerdos y hacen imposible la desaparición de las armas como mecanismo para
resolver conflictos.
El gobierno
nacional pretende que las FARC entreguen las armas, pero ellos continúan con
las armas de las fuerzas militares-narcoparamilitares en su poder y el
estamento militar sigue –y seguirá- aplicando el Terrorismo de Estado de la
Doctrina de Seguridad Nacional. Todos los colombianos sabemos que si no hay
transformaciones profundas en el estamento militar, será imposible aclimatar la
Paz en Colombia, al igual que si no hay transformaciones políticas, sociales,
etc.
Por ello la
insistencia de las FARC de que los Acuerdos logrados en la Mesa de La Habana
sean refrendados por una Constituyente que produzca una Constitución que sea un gran tratado de Paz entre los
colombianos. Arranca ahí otra etapa del proceso de Paz. Una vez refrendados
los Acuerdos por la Constituyente, será el momento de la implementación, la
construcción, de un Nuevo País. Un nuevo país con justicia social, libertad,
democracia, independencia y soberanía nacional. Y de ahí estaremos en constante
movimiento para desarrollar la Paz.
A quién se le
habrá ocurrido que unas conversaciones con las guerrillas de las FARC y el ELN
significaría un « aquí estoy, perdón » y « aquí no ha pasado
nada » ? A las « lumbreras » Santos, Carrillo, Gaviria, De
la Calle ? No, no. Se equivocaron « de cabo a rabo ». Y no es
que el pueblo pretenda realizar la « revolución por decreto ». No. Es
el gobierno en representación del estado el que quiere « lograr en la mesa »
lo que no han alcanzado en el campo militar. Conseguido el Nuevo País –capitalista,
burgués, todavía- viene la lucha política del pueblo por instaurar un modelo de
país como a él le dé la gana, el cual no puede ser dictado por las oligarquías
y el imperio.
Dejaremos las
armas en poder de unas fuerzas militares que día a día llena de sangre inocente
los suelos colombianos ? No siguen demostrando el tratamiento que le dan -y
seguirán dando- a las poblaciones que osen levantarse a exigir sus derechos ?
No está esto palpable en el « tratamiento a bala » dado a los
campesinos del CataTumbo ? No es el Catatumbo una muestra del Terrorismo de
Estado ? 31 masacres y 12.000 víctimas en el Catatumbo son prueba de ello.
Además, 500.000 víctimas, 75.000 desaparecidos, miles de ejecutados extrajudicalmente (3.500 desde Uribhitler), y más de 5.500.000 de desplazados forzados desde 1964 son las víctimas en todo el territorio nacional que no pueden llevar a las guerrillas si no a luchar por una solución política que signifique transformación del aparato estatal, transformación que quizá sea hacia una modernización burguesa del estado en esta primera etapa.
Además, 500.000 víctimas, 75.000 desaparecidos, miles de ejecutados extrajudicalmente (3.500 desde Uribhitler), y más de 5.500.000 de desplazados forzados desde 1964 son las víctimas en todo el territorio nacional que no pueden llevar a las guerrillas si no a luchar por una solución política que signifique transformación del aparato estatal, transformación que quizá sea hacia una modernización burguesa del estado en esta primera etapa.
La verdad es que
en La Habana parece que se está hablando con las mismas palabras con diferentes
significados.
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