Por: Nelson Lombana Silva.-PaCoColSábado, 23 Febrero 2013 03:42
Por: Nelson Lombana Silva.-PaCoCol
“Así paga el diablo quien bien le sirve”, es un dicho que le cabe perfectamente a la ex profesora de escuela rural, Martha Aidelí Rivera de Parra, quien con la ilusión de tener unos pesos más y de irá porque la guerrilla de las Farc dio de baja a 17 carabineros en combate y algunos familiares militares, comienza a trabajar con los militares desde 1962, según relata, en calidad de informante.
La guerrilla la descubre y la retiene durante cuatro años. Intenta asesinar al guerrillero que tiene su custodia para unas festividades decembrinas. Interviene directamente el comandante Iván Márquez para que no sea ejecutada por el movimiento, un guerrillero la venda con tan mala suerte que al quitarle ésta sufre lesiones en los ojos, dificultando su locomoción por campos y montañas. En gesto de buena fe, el movimiento facilita para que la señora se comunique con unidades del ejército, el cual la rescata. Le presta los primeros auxilios pero luego, es abandonada a su suerte. Ahora, la docente pretende que el gobernador del Tolima y el alcalde de Ibagué les presten la ayuda para sobrevivir.
Trabajó con los batallones Tenerife y Colombia, del departamento de Huila. Es la degradación de la guerra que vive Colombia, la utilización de la población civil metiéndola de lleno al conflicto y la actitud del movimiento insurgente, uno de respetarle la vida y dos de permitir su retorno a la vida civil, aún cuando era víctima de un craso error. Pero también queda en evidencia una vez más el terrible salvajismo del capitalismo: Una vez usa a la población como informante y ésta cae en desgracia la abandona a su suerte. La razón es elemental: El capitalismo no maneja relaciones humanas, maneja intereses económicos.
Este es el relato de la ex profesora Martha Aidelí Rivera de Parra, concedido al semanario VOZ La verdad del pueblo y la página web: www.pacocol.org:
- Profesora Martha Aidelí Rivera de Parra, ¿Qué le pasó?
Sufrí un secuestro de cuatro años por las Farc, me tuvieron retenida cuatro años, pero el señor gobernador desde que salí del secuestro no me ha querido atender, solamente me atendió el secretario Israelí, pero él no pudo hacer nada y lo que me atendió fueron diez minutos y nada más.
Resulta que allí en las Farc, (usted sabe que a nosotros nos preparan para la guerra en el ejército) entonces como yo pertenezco a él, viéndome en un día de año nuevo, ellos todos tomando, me dije me la voy a jugar, aquí me tienen para morirme, voy a ver si escapo o me matan. Intenté matar el carcelero. Uno ellos dijo: Vale la pena, no le vayan a hacer nada, pero vino un negro costeño y me colocó esparadrapo en los ojos con bóxer y no alcancé a cerrarlos. Cuando lo fueron a quitar por orden del comandante Iván Márquez, ya fue tarde porque me arrancaron la retina con el esparadrapo.
Cierto fue que me comunicaron con las fuerzas militares, dije donde estaba y me rescataron, me llevaron al hospital militar y a la clínica del norte en Bogotá, estuve por todas las clínicas, me hicieron una cirugía, me mandaron para Ibagué y hoy, justamente, me hicieron otra cirugía en la nueva EPS de Ibagué, pero me sacan de la clínica y no me dan la droga, yo no tengo plata, considere usted de dónde vengo yo y no tengo plata.
Ahora, yo tengo otra cosa más: El desplazamiento de la finca de mis padres, que es el peculio para la familia. Yo tengo mis hijos y tengo mi nieto y están todos aguantando hambre porque solamente se están sosteniendo de media pensión que estoy recibiendo. ¿Por qué media pensión? Porque me pensionó el departamento por invalidez con un salario mínimo, que ese no era mi sueldo y me están descontando la mitad, el 50 por ciento para una cooperativa la cual me tocó hacer, casualmente, para la primera operación me tocó prestar siete millones de pesos para la alimentación y los costos de alimentación y arrendamiento. Mi situación es precaria. Y como si fuera poco que tengo todas las pruebas de la misma alcaldía. Ya tengo el archivo en las manos, la defensoría del pueblo que investigó, que el señor Iván me tumbó la casa que tenía Ibal parte alta, al pié de la bomba del barrio Ricaurte. El día que me trajeron en una ambulancia a la casa mía, resulta que encontramos fue los escombros. Mi situación es difícil, totalmente precaria.
- ¿Por qué la retuvo la guerrilla a usted cuatro años?
A mí me retuvieron porque yo era maestra rural y trabajaba con el ejército en orden público. Era informante. Sabía que era objetivo militar.
- ¿En dónde la tuvieron retenida?
La primera parte donde me tuvieron fue en China Alta, después en el Cañón de las Hermosas y después en el Guaviare.
- ¿Cómo fue posible su liberación?
Pues, al sacarme los ojos qué hacían conmigo ciega…No me podía movilizar. Era un encarte. La salvación mía al final fue Iván Márquez, compañero de estudio. Me colaboró.
- Después de servirle usted al ejército, ¿Qué ha hecho él por usted?
No ha hecho nada. Solamente me dejó el arma que tengo en la mano, que es la ayuda del alcalde de Ibagué, pero él tampoco ha hecho nada. Tengo la orden de la presidencia para que me entreguen inmediatamente una casa. No han hecho nada. Una orden para que el alcalde preste los primeros auxilios como el arriendo, para la alimentación, pero tampoco me ha atendido. Nadie me ha atendido. Fui al adulto mayor y me dijeron que no porque estaba pagando a la nueva EPS y por lo tanto no tenía derecho al adulto mayor.
- ¿Con cuál batallón estaba usted trabajando como informante?
Yo trabajé con el batallón Colombia y el Tenerife de Huila.
- ¿Ellos qué le dicen hoy?
Ellos no dicen nada, ni han hecho nada. El contrato último, porque yo comencé a trabajar con el magisterio en 1962 y con fuerzas militares. Pero, póngale cuidado que yo hice un contrato con la presidencia de la república, (Yo tengo la copia del contrato) y no han hecho nada. Bueno, no culpo nada porque yo estaba ciega, hasta hace un mes que me volvieron la visión. Me vine a ver si conseguía la droga, haber si hablaba con el señor gobernador, para que no me siga haciendo esos descuentos, rectifiquen esos descuentos que llevo, cinco años pagando siete millones de pesos, no los he cancelado pagando al 50 por ciento.
- Bueno, siendo usted maestra, ¿Por qué se mete a trabajar con el ejército?
Porque el primer esposo me lo mataron y me mataron un hijo en mi primer secuestro, mataron 17 carabineros compañeros de mi esposo que era militar. Luego, a los seis años de quedar viuda me casé con otro agente de la policía, del cual estoy separada, pero él está pensionado y se encuentra en la ciudad de Ibagué. No convivo con él.
- ¿Qué le pediría al presidente de la república?
El presidente ya ha ordenado todo. Él les ordenó todo al alcalde y al gobernador, pero ellos no me han querido atender. El problema está en el departamento y en la alcaldía.
- ¿Qué le han dicho los altos mandos militares?
Que apenas pueda me presente en Bogotá, apenas pueda y se me cumpla mi incapacidad, todavía me faltan dos meses, porque me dieron tres meses. Hoy estoy cumpliendo uno. Aquí le muestro los documentos periodista para que tenga bases.
- ¿Pero usted ya está recuperando la visión?
Sí, yo quedé recuperada casi en un 60 por ciento.
Docente utilizada como informante es abandona por ejército (Ex docente Martha Aidelí Rivera de Parra. Foto nelosi)
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