Desde hace mucho
tiempo hemos venido denunciando en las publicaciones alternativas que el
narco-paramilitarismo se ha metido en todas las esferas de la vida colombiana.
De la mano de quién ? Desde sus orígenes, de la mano de los militares y
los politicastros de los partidos burgueses (liberal, conservador y otras
especies, Cambio Radical, la U, PIN, etc).
Ayer leíamos que
el narco-paramilitar « Poncho » Zuleta está en una lista del ELN que
lo declara objetivo militar por sus andanzas narco-paramilitares. Eso es
suficientemente conocido en toda la Costa Caribe. Incluso hay un video de « Poncho »
dándole vivas a los « paracos » en Astrea, Cesar, pueblo en el que
Zuleta tiene una hacienda. También son reconocidas las matanzas que organizó el
célebre « Poncho » después del asesinato de su hermano Héctor,
ocurrida por el asesinato de uno de los Roy, matanzas en las cuales contó
incluso con la colaboración del DAS.
Hoy la prensa
burguesa nos trae información sobre las andanzas de familiares de Jorge Oñate,
el « ruisieñor del Cesar » -que de ruiseñor tiene sólo el nombre y
más bien es un zopilote-, implicados en el asesinato de un exconcejal de La Paz
(Cesar), a quien mandaron asesinar y les pagaron el dinero a elementos de las
banda neo-narco-paramilitar « Los Rastrojos ».
Hemos sabido de
las andanzas de Jorge Oñate con su « compadre » del alma, Lucas
Gnecco Cerchar, quien fuera gobernador del Cesar y la ligazón de éste personaje
con el narco-paramilitarismo. Lo que no sabíamos es que Oñate, su familia en
éste caso, aclaramos, tuviera tales instintos asesinos y encargar la muerte del
exconcejal.
Ahora bien, Oñate
llegó a ser presidente de Sayco y sería interesante si hubiera algún ente de la
« justicia » que investigara sus manejos en esa organización de compositores
colombianos, porque todo apunta a que llegó allí porque « es mucha la
plata que se puede robar allí ».
El inconmesurable
Alfredo Gutiérrez dijo en cierta ocasión que « el narcotráfico »
permitió la expansión del vallenato en Colombia y el mundo. Quizá sea cierto
porque los capos narcotraficantes y algunos de menor cuantía son los que tienen
los « verdes » dólares para pagarles sus toques. Lo que no dijo
Gitiérrez es que una cosa es que los contraten y otra muy distinta convertirse
ellos mismos en miembros o aliados de las bandas criminales estatales y
para-estatales.
Hemos sabido de
algotros cantantes y músicos comprometidos en alianzas criminales, pero por lo
pronto « te la dejo ahí... ».
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+ comentarios + 3 comentarios
es un tanto cruel acarrear solo el hecho de que el vallenato exista gracias al paso del narcotrafico por el país, tenemos conciencia que el vallenato no solo es un genero musical que lo disfrutan muchas personas, sino también una cultura, una tradición, un legado que se ha ido fortaleciendo con el paso del tiempo; no solo con nuevos expositores del genero como tal sino también con la ayuda de eventos que promueve el mismo gobierno para encontrar nuevos talentos en el vallenato.
Gracias por este espacio para opinar.
ESTEFANY
Parrandon Vallenato Cali
El vallenato es sin duda el folklore de Colombia, pero es la manera que la gente consigue lidiar su vida para reir .llorar y vibrar ante un pais con tanta violencias.
El narco paramilitarismo no es algo de ahora, es de muchos años que ha venido envolviendo a muchos artistas que desafortunadamente se dejan tentar con dinero fácil
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