Allende La Paz,
Cambio Total.
Nuestro aserto de
que el gobierno no tiene una « política estatal de Paz », ni siquiera
una política gubernamental de Paz, se va cumpliendo, muy a nuestro pesar. Ello
es visible en las declaraciones altisonantes de diferentes funcionarios
gubernamentales, empezando por el presidente JMSantos, seguido y copiado por su
ministrico de guerra y por otros.
Se esperaría que
un presidente embarcado –obligado, diría yo- en un Proceso de Paz tendría la
mesura de ir dando partes de tranquilidad a todos los colombianos sobre el
proceso que se sigue, a fin de ir aclimatando en todos los espíritus la
política de paz, aún de los más reaccionarios y recalcitrantes. Pero no. El presidente
Santos es el primero que le echa leña al fuego. De diez declaraciones del
presidente, nueve son amenazas a las FARC. De diez hechos de gobierno, nueve
son hechos de guerra.
Ahí están los
anuncios de compra de más aviones y helicópteros para la guerra, para seguir matando
colombianos indefensos. Ahí están los anuncios de los voceros
gubernamentales a la Mesa de
Conversaciones de « No hay política con armas, como lo señaló
esta semana el vocero del Gobierno Humberto de la Calle, y el diálogo con los guerrilleros queda proscrito », dice
una información de El Espectador, mas ellos sí están armándose. Para qué ?
Para más guerra. Guerra interna o guerra externa, no lo sabemos. O quizá ambas,
pero si el estado no puede con la guerra interna -206 billones dilapidados en
la guerra la década pasada y 215 billones que se malgastaran en la próxima
década de continuar la guerra-, mucho menos podrá con una guerra externa,
razón por la cual concluímos los billones malgastados serán en la guerra
interna.
Si de prepararse
para la guerra se habla, el gobierno colombiano está más que preparado, con
unas fuerzas militares de casi 500.000 unidades en sus cuarteles, brigadas,
etc. O será que las FARC-EP les está demostrando que ni así pueden con ellas ? O sea, la única política estatal adelantada
seriamente por el gobierno es la política de guerra. En el discurso
presidencial y sus delegados a la Mesa de La Habana se nota una improvisación
total, y sus declaraciones obedecen más a responder los « trinitos »
de sus contradictores que a tener un norte en las conversaciones, a menos que
sea un norte la re-elección.
Así las cosas, el
gobiero está demostrando una total ineptitud en materia de política de Paz y
recurre a lo único que le recetan. Guerra, más guerra, a fin de vender más
aviones, más helicópteros, más armas, y consiguientemente, más violaciones de
derechos humanos, más sangre inocente derramada, más ejecuciones
extrajudiciales, más desaparecidos, más líderes populares asesinados, más
desplazamiento forzado para favorecer las multinacionales, etc, etc.
Nosotros
esperaríamos que las FARC-EP fueran la de los discursos altisonantes, las del
verbo encendido, a fin de aprovechar la oportunidad histórica que les ha sido
negada por el estado al tratar de silenciar sus voces –la cual han tenido que
hacer sentir a golpe de fusil-, mas son las FARC las que orientan las
discusiones –todavía no diálogos-, las que le dan vida al proceso de Paz con
sus propuestas, las que convocan al país a la reflexión y el accionar por concretar
las visiones que favorecen al pueblo. No hablamos de políticas que favorezcan a
los ganaderos –afortunamdamente sólo un sector, los más reaccionarios
recalcitrantes-, a los terratenientes, a las multinacionales, porque el despojo
realizado por el aparataje militar-narcoparamilitar estatal realizados contra los campesinos e indígenas cada día son « legalizados »
por el aparato estatal : registro y notariado, jueces, etc, porque éstos
son favorecidos con las medidas y políticas adelantadas por los gobiernos
oligárquicos.
Hoy, por primera
vez en décadas, escuchamos las propuestas para abordar los problemas que dieron
origen –y manitenen vivo- el conflicto interno. Si por la apariencias nos
guiáramos, las FARC parecieran ser un « estado » y el estado
pareciera ser « el ilegal ». Desde las FARC se escuchan los « cánticos
de Paz » y desde el estado los « clarines de guerra ».
Entonemos los « cánticos
de Paz » para bien de nuestro pueblo.
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