El informe examina las políticas y prácticas que se aplican contra la tuberculosis en 29 países seleccionados, que en total suman 82 por ciento de los casos de la enfermedad en el mundo.
Las conclusiones del estudio demuestran que esos países pueden mejorar en los aspectos de prevención, diagnóstico y tratamiento de la tuberculosis (TB).
El documento subraya que de los 10,4 millones de casos de TB registrados en el mundo en 2015, la mayoría (54 por ciento) residía en países miembro del G20.
Desde que en 2008 comenzó sus sesiones en la cumbre de Washington, el G20 acoge a los países que sobresalen por su economía o por su población y a algunos más provenientes del Sur en desarrollo.
En la cita de Hamburgo participarán también ocho naciones invitadas, además de representantes de organizaciones intergubernamentales.
A partir de 2008, en coincidencia con la crisis financiera desatada en Estados Unidos y expandida luego al resto del mundo, las prioridades del G20 se concentraron en esos temas económicos y financieros, incluyendo también cuestiones vinculadas al empleo y al desarrollo.
Paulatinamente, el G20 se ocupó además de la brecha de género, el ambiente, la digitalización y el terrorismo.
Solo en 2015, durante la cumbre realizada en Antalya, al sur de Turquía, el G20 incluyó entre sus prioridades un llamado de atención ante los riesgos que afronta la salud en el mundo.
Identificó entonces a la resistencia antimicrobiana, las amenazas de enfermedades infecciosas y los sistemas sanitarios ineficientes como los peligros que pueden tener un efecto significativo en el crecimiento y la estabilidad global.
Al año siguiente, en la cumbre de Hangzhou, en China, se instruyo a las principales organizaciones internacionales para que en Hamburgo presentasen recomendaciones concretas sobre los pasos que el G20 podría adoptar para enfrentar la resistencia antimicrobiana, incluyendo incentivos para la investigación y el desarrollo.
El documento de MSF y de la Alianza Alto a la Tuberculosis es uno de los aportes que tendrá el G20. Otras contribuciones fueron discutidas por los ministros del mismo G20 durante la reunión preparatoria que sostuvieron en Berlín el 19 y 20 de mayo.
Una de las instituciones intergubernamentales invitadas a la cumbre es la Organización Mundial de la Salud (OMS), que será representada en Hamburgo por su flamante director general, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien asumió el 1 de julio su mandato de cinco años.
Marsha Vanderford, directora de comunicaciones de la OMS, dijo a IPS en la sede del organismo en Ginebra que Tedros no llevará un documento a la cumbre. Sin embargo, Vanderford confía en que el director general del organismo podrá tener la oportunidad de ofrecer información a los mandatarios sobre los temas específicos de salud.
Tedros hablara con jefes de Estado y de gobierno, así como líderes internacionales, de los avances necesarios para alcanzar los objetivos de salud global, como la cobertura universal, la seguridad sanitaria, el efecto del cambio climático en la salud y el combate a la resistencia antimicrobiana, dijo Vanderford.
El informe de MSF y de la Alianza Alto a la Tuberculosis reclama que durante la cumbre de Hamburgo los gobiernos decidan incluir a la enfermedad en sus esfuerzos por superar el más amplio problema de las infecciones resistentes a los medicamentos.
Lucica Ditiu, directora de la Alianza Alto a la Tuberculosis, que opera en el marco de la OMS, recordó que la enfermedad es “una asesina de larga data, pero nosotros disponemos del conocimiento y los instrumentos para afrontarla. Muchos países no utilizan esos avances y como resultado, la gente está muriendo”.
“Estamos pidiendo a los lideres del G20 que despierten y hagan algo para detener estas muertes innecesarias y la expansión de la tuberculosis, incluyendo la tuberculosis resistente a los medicamentos”, insistió Ditiu en Ginebra.
“Con la tuberculosis, las agujas del reloj avanzan rápidamente pues cada 18 segundos una persona muere de la enfermedad. Tenemos que cambiar esto”, advirtió Sharonann Lynch, asesora en políticas de VIH (virus de inmunodeficiencia adquirida) y TB de Médicos Sin Fronteras.
En los últimos cuatro años “el número de personas diagnosticadas no avanza, mientras que el número de muertes ha aumentado, en lugar de disminuir. Los países necesitan usar nuevos instrumentos y acelerar el ritmo de sus respuestas”, exigió Lynch.
Los gobiernos de los países del G20 son los mayores contribuyentes a las campanas mundiales contra la tuberculosis. En 2016 esas naciones donaron más de 1.600 millones de dólares al Fondo Mundial contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria (paludismo).
Ahora, los líderes del G20 tienen que movilizar sus recursos para conseguir que más personas obtengan diagnósticos, que sean más accesibles los tratamientos efectivos para todos los enfermos de tuberculosis y que se reduzcan las muertes causadas por la enfermedad, concluyó el informe de las dos organizaciones médicas.
Editado por Estrella Gutiérrez
La tuberculosis permanece como la enfermedad infecciosa más letal en el mundo y en 2015 mató más de 1,8 millones de personas. Crédito: MSF GINEBRA/HAMBURGO, 5 jul 2017 (IPS) - Los mandatarios del Grupo de los 20 (G20) países industrializados y emergentes afrontarán durante su cumbre del 7 y 8 de julio el reclamo de dos instituciones medicas internacionales, para que aumenten sus esfuerzos en el combate contra la tuberculosis. Tan solo en 2015 murieron 1,8 millones de personas por la enfermedad y a pesar de que la tuberculosis es susceptible de prevención y tratamiento, todavía figura en el mundo como la enfermedad infecciosa más letal. Médicos Sin Fronteras (MSF) y la Alianza Alto a la Tuberculosis, dos reputadas organizaciones humanitarias, presentaron este miércoles 5 un informe destinado a sensibilizar al G20, en su cumbre anual en la ciudad alemana de Hamburgo. El informe examina las políticas y prácticas que se aplican contra la tuberculosis en 29 países seleccionados, que en total suman 82 por ciento de los casos de la enfermedad en el mundo. Las conclusiones del estudio demuestran que esos países pueden mejorar en los aspectos de prevención, diagnóstico y tratamiento de la tuberculosis (TB). El documento subraya que de los 10,4 millones de casos de TB registrados en el mundo en 2015, la mayoría (54 por ciento) residía en países miembro del G20. Desde que en 2008 comenzó sus sesiones en la cumbre de Washington, el G20 acoge a los países que sobresalen por su economía o por su población y a algunos más provenientes del Sur en desarrollo. En la cita de Hamburgo participarán también ocho naciones invitadas, además de representantes de organizaciones intergubernamentales. A partir de 2008, en coincidencia con la crisis financiera desatada en Estados Unidos y expandida luego al resto del mundo, las prioridades del G20 se concentraron en esos temas económicos y financieros, incluyendo también cuestiones vinculadas al empleo y al desarrollo. Paulatinamente, el G20 se ocupó además de la brecha de género, el ambiente, la digitalización y el terrorismo. Solo en 2015, durante la cumbre realizada en Antalya, al sur de Turquía, el G20 incluyó entre sus prioridades un llamado de atención ante los riesgos que afronta la salud en el mundo. Identificó entonces a la resistencia antimicrobiana, las amenazas de enfermedades infecciosas y los sistemas sanitarios ineficientes como los peligros que pueden tener un efecto significativo en el crecimiento y la estabilidad global. Al año siguiente, en la cumbre de Hangzhou, en China, se instruyo a las principales organizaciones internacionales para que en Hamburgo presentasen recomendaciones concretas sobre los pasos que el G20 podría adoptar para enfrentar la resistencia antimicrobiana, incluyendo incentivos para la investigación y el desarrollo. El documento de MSF y de la Alianza Alto a la Tuberculosis es uno de los aportes que tendrá el G20. Otras contribuciones fueron discutidas por los ministros del mismo G20 durante la reunión preparatoria que sostuvieron en Berlín el 19 y 20 de mayo. Una de las instituciones intergubernamentales invitadas a la cumbre es la Organización Mundial de la Salud (OMS), que será representada en Hamburgo por su flamante director general, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien asumió el 1 de julio su mandato de cinco años. Marsha Vanderford, directora de comunicaciones de la OMS, dijo a IPS en la sede del organismo en Ginebra que Tedros no llevará un documento a la cumbre. Sin embargo, Vanderford confía en que el director general del organismo podrá tener la oportunidad de ofrecer información a los mandatarios sobre los temas específicos de salud. Tedros hablara con jefes de Estado y de gobierno, así como líderes internacionales, de los avances necesarios para alcanzar los objetivos de salud global, como la cobertura universal, la seguridad sanitaria, el efecto del cambio climático en la salud y el combate a la resistencia antimicrobiana, dijo Vanderford. El informe de MSF y de la Alianza Alto a la Tuberculosis reclama que durante la cumbre de Hamburgo los gobiernos decidan incluir a la enfermedad en sus esfuerzos por superar el más amplio problema de las infecciones resistentes a los medicamentos. Lucica Ditiu, directora de la Alianza Alto a la Tuberculosis, que opera en el marco de la OMS, recordó que la enfermedad es “una asesina de larga data, pero nosotros disponemos del conocimiento y los instrumentos para afrontarla. Muchos países no utilizan esos avances y como resultado, la gente está muriendo”. “Estamos pidiendo a los lideres del G20 que despierten y hagan algo para detener estas muertes innecesarias y la expansión de la tuberculosis, incluyendo la tuberculosis resistente a los medicamentos”, insistió Ditiu en Ginebra. “Con la tuberculosis, las agujas del reloj avanzan rápidamente pues cada 18 segundos una persona muere de la enfermedad. Tenemos que cambiar esto”, advirtió Sharonann Lynch, asesora en políticas de VIH (virus de inmunodeficiencia adquirida) y TB de Médicos Sin Fronteras. En los últimos cuatro años “el número de personas diagnosticadas no avanza, mientras que el número de muertes ha aumentado, en lugar de disminuir. Los países necesitan usar nuevos instrumentos y acelerar el ritmo de sus respuestas”, exigió Lynch. Los gobiernos de los países del G20 son los mayores contribuyentes a las campanas mundiales contra la tuberculosis. En 2016 esas naciones donaron más de 1.600 millones de dólares al Fondo Mundial contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria (paludismo). Ahora, los líderes del G20 tienen que movilizar sus recursos para conseguir que más personas obtengan diagnósticos, que sean más accesibles los tratamientos efectivos para todos los enfermos de tuberculosis y que se reduzcan las muertes causadas por la enfermedad, concluyó el informe de las dos organizaciones médicas. Editado por Estrella Gutiérrez
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