Por: José María Carbonell, Cambio Total.
La corrupción es
inherente al estado, neoliberal. Es una máxima a nivel mundial. Colombia no es
la excepción. Aquí pareciera que los corruptos se lanzaran –con apetito
incontenible-, todos a una, sobre los dineros y arcas estatales, dineros que
son aportados con los impuestos del pueblo.
La desfachatez es tal
que los corruptos nada les importa, sino tener los dineros públicos en sus
manos. Les importa un cinco que la ciudadanía los devele, conozca y señale como
corruptos. No tienen un mínimo de vergüenza y lo único que los aflige es
haberse dejado agarrar en sus actos de corrupción.
En ciertos tiempos, en
Colombia, más específicamente en Bogotá, los encopetados funcionarios de los
gobiernos y gobiernos decían que la corrupción era cosa de las regiones, de la provincia,
de la “Costa” según la ANDI y se excluye de la cuestión. Y aún lo siguen
diciendo como si los últimos escándalos no fueran realizados por el Nivel
Central. El gran bocado de los dineros públicos engullidos por los corruptos fueron
realizados en Bogotá.
O es que nadie recuerda
la corrupción alrededor de los Ferrocarriles Nacionales? Nadie recuerda la
corrupción de FonColpuertos? Nadie recuerda la corrupción del IDEMA? Nadie
recuerda, más recientemente, la corrupción de Findeter? Estraval? SaludCoop EPS?
Coomeva EPS? Recursos Para-fiscales de Salud? AIS de Uribito y Uribe Vélez? Concesiones
con vigencias futuras de Uribe Vélez? Licitaciones con el Ejército, la Policía,
la Armada y la Fuerza Aérea durante el gobierno Uribe Vélez? Otorgamiento
de tierras a falsos desplazados en gobierno Uribe? TransMilenio de Peñaloza? Vía Bogotá-Girardot? Caprecom? … En fin, son tan
variados y variopintos que sería casi imposible señalarlos a todos…
Al responsabilidar al
nivel local y regional descargaban así si responsabilidad en la parte más débil
de la cadena, como siempre. Mas la corrupción, como el sol, “no se puede tapar con un dedo”. Ella se
ha diseminado –o más bien ahora sabemos- desde el Nivel Central hacia los
niveles Regionales y Locales.
Es evidente que así como hay una cultura de la violencia y
los dineros malhabidos –narcotráfico, narcoparamilitarismo- agenciados desde el
Estado, así también hay un Cultura de la Corrupción. Va desde el nivel central hasta el local. Los grandes
cocotudos roban entre 40 y 50 billones de pesos al año, nos dice el Contralor
de la República. Los pequeños corruptos sobreviven de la coima
del agente de aduanas en una alcabala o del funcionario que pide dinero por
debajo de la mesa ”para los tinticos y el cigarrillo”.
Por ello, señalamos
categóricamente que así se hagan gárgaras de lucha contra la corrupción ella
seguirá ya que el problema es estructural del aparato estatal burgués. Los
países burgueses que tienen bajos índices de corrupción, siempre tienen la
corrupción develada y la por develar.
Lógicamente, el gran
damnificado por la corrupción es el pueblo porque los dineros destinados para
los diferentes rubros o no llegan a donde deben llegar o llegan muy recortados.
Con los dineros robados -40 a 50 billones de pesos anuales- se podrían
adelantar programas que favorezcan al pueblo. Por ello el pueblo tiene que
adelantar la lucha no contra la corrupción actual, la burguesa, sino contra el
estado de cosas que la posibilita, es decir, la existencia del estado burgués.
En los actuales momentos
se adelanta la implementación del Acuerdo Final por una Paz estable y duradera.
La presencia de la comunidad internacional quizá sea un freno que evitaría la corrupción de los dineros aportados
para la Paz. Corresponde al pueblo, y a las FARC-EP como parte de él, adelantar
las denuncias pertinentes, no solo de la corrupción que se abalanza sobre los
dineros estatales y sobre las ayudas internacionales.
En el desarrollo de la
Implementación vamos sembrando la necesidad de construir una Nueva Colombia, en
Paz con Justicia Social, para que el pueblo disfrute del buen vivir que se
merece después de tantos sacrificios.
Publicar un comentario