Por: Allende La Paz, Cambio Total.
La corrupción adquiere
variadas formas. Hay corrupción estatal –a todos los niveles-, corrupción del
narcotráfico, corrupción del narco-paramilitarismo, etc, etc.
En España, por ejemplo, la corrupción es galopante, en
brazos del PP y el PSOE. En los organismos internacionales, el FMI, por
ejemplo, la directora de ese organismo Christine Legarde fue condenada por ”negligencia”
por un pago realizado a un empresario en su
época como ministra de Finanzas de Francia (*).
Los alemanas no se
excluyen. Recordemos no más que funcionarios de sobornaron al entonces ministro
de Defensa, Silva, con 80.000 euros por la compra de una fragata para la
armada.
En Estados Unidos ni se diga. Los dueños de bancos
recibieron del gobierno del Tío BO una inyección para superar la ”crisis” y ”se
fueron de parranda” a paraísos exóticos con parte de ese dinero. Ni se diga de
los robos electorales en ese país. También es de señalar la corrupción
alrededor de la venta de armas.
Hasta el Vaticano está sumido en esa epidemia, endemia para
el sistema capitalista. Su
involucramiento con la mafia y la corrupción en sus bancos vaticanos están a la
orden del día, mas se muestran intocables.
Es tan grande el poder de la corrupción que ella se recicla
a sí misma. A nivel mundial los
sobornos llegan al billón de dólares, un 5% del PIB mundial. En Latinoamérica
se calcula un monto similar.
En Colombia, la corrupción ha costado en las dos últimas
décadas más de 189 billones de pesos, 4% del PIB colombiano(*). En promedio por año se considera que alcanza la
asombrosa suma de $9.45 billones de pesos colombianos(*). Recientes informes señalan que la corrupción le cuesta entre 40 y 50 billones de pesos diarios, señalo el Contralor Edgardo Maya.
En nuestro país no hay
un sector institucional o social que no haya sido “tocado” por la corrupción,
tanto a nivel nacional como local, ni se diga del Estado. La corrupción del
Estado es endémica y galopante. Desde la presidencia, pasa por el legislativo,
llega al poder judicial y se extiende a la Fuerza Pública (fuerzas militares,
incluída la policía), la corrupción los salpica a todos.
Es tal la corrupción a
la colombiana que hasta los presidentes o ex-presidentes aparecen “untados” por
ella. De entre ellos, el gobierno del ex-presidente y senador Álvaro Uribe
Vélez es considerado –con justas razones- como el más corrompido de todos, al
punto que 8 años después de haber salido del palacio presidencial aún se están
destapando casos de corrupción cometido durante sus 8 años de permanencia en el
palacio presidencial. El más reciente es el de Odebrecht que salpica con la no
despreciable suma de 6,5 millones de dólares recibido por un vice-ministro
considerado un funcionario “estrella” de su gobierno por el entonces presidente
Uribe Vélez.
Viendo éste panorama
podemos concluir que la corrupción es inherente al sistema capitalista. El sistema
socialista ha sido infiltrado por esa práctica nefasta, más la pena que estos
país socialistas han estipulado para este delito contra la economía es la pena
de muerte.
Ese mal endémico puede y
debe ser combatido por el pueblo colombiano ya que esos billones de pesos
pueden entrar a solucionar los ingentes problemas que sufre.
Fuente:
· Lagarde, directora del FMI, culpable por corrupción pero sin condena http://www.librered.net/?p=48289
- · La corrupción le cuesta al país 4% del PIB http://www.elheraldo.co/economia/la-corrupcion-le-cuesta-al-pais-4-del-pib-218319
- · Mantener a los corruptos colombianos cuesta $9.45 billones al año http://www.las2orillas.co/mantener-a-los-corruptos-colombianos-cuesta-9-45-billones-al-ano/
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