Julianita, es una hermosa joven de 22 años, Gastrónoma Profesional, sufre de cáncer y necesita de su ayuda urgente amigo lector. Le hacen falta 7 mil dólares.
Acá su historia contada por ella misma:
Hola. Esta es la carta con la que acudo a ustedes, motivada por las ganas de vivir, por aquellas ganas de despertarme a diario y cumplir con cada uno de mis sueños.
En primer lugar, quiero iniciar por presentarme. Mi nombre es Juliana Gracia Uribe, nací en Colombia en la ciudad capital de Bogotá, hace 22 años en el mes de marzo.
En el transcurso de mi niñez, aprendí gracias a mis padres a soñar en grande y luchar por cada una de las cosas que quiero y que tengo en mi proyecto de vida.
Es así como luego de haber salido del colegio, empecé a construir mi futuro estudiando. Sin embargo, empecé con un error, decidí complacer a mis padres estudiando una carrera que yo no quería: ingeniería ambiental. En esta carrera duré un año y medio, hasta que un día decidí que no era lo que yo quería para mi futuro, pues tenía una gran pasión desde hace muchos años atrás: la cocina.
En el momento en que decidí seguir mis sueños, supe que tenía que dejar de lado la carrera que estaba haciendo, pues primero, no era feliz, y segundo, no lo hacía con amor ni con pasión. Entonces tomé la decisión, luego de tener muchos debates conmigo misma acerca de que era lo que quería para mí, y para mi futuro: renuncié a seguir estudiando ingeniería ambiental.
Cuando tomé esta decisión, mis padres no me apoyaron como yo esperaba, pues les molestó que no hubiera seguido estudiando la carrera que ellos querían, pero esto no me detuvo para cumplir mi mayor sueño, ser una cocinera profesional.
Es ahí cuando empecé a buscar en mi país el modo de estudiar cocina gratuitamente, pues como ya dije, en ese momento no contaba con el apoyo de mis padres, eso incluía que no me ayudaban pagándome la carrera de cocina. Así, mientras buscaba, encontré un instituto gratuito de carreras técnicas, que es un programa del gobierno de mi país, llamado SENA, y sin dudarlo ni un instante, me inscribí al curso de cocina y participé en todo el proceso de selección, siempre con la mentalidad de luchar por mis sueños. Luego de todo el proceso, recibí la gran noticia de que había sido aceptada para estudiar en aquel instituto. La felicidad que sentí en ese momento me hizo saber que el mayor sentimiento de alegría lo causa la felicidad que uno recibe al ver cómo los sueños se van haciendo realidad en la medida en que uno luche por ellos.
Pues bien, puse toda mi atención y esfuerzos para aprender lo máximo en este curso, y con esfuerzo y dedicación, logré graduarme como técnica en cocina.
Fue tanta la alegría que tuve y el esfuerzo que le dediqué a este curso, que finalmente mis padres decidieron apoyarme en este gran sueño y me ayudaron dándome estudio en una universidad muy buena que estaba llegando a mi país. Y de nuevo, inicié otro proceso de inscripción en donde me aceptaron, y la felicidad fue tan grande, como cuando me aceptaron en el curso gratuito del gobierno.
En mi carrera de cocina internacional, aprendí mucho, conocí mucho acerca de la cocina, y gracias a ella, pude viajar a Europa para hacer mis pasantías en uno de los mejores restaurantes del mundo, Lasarte, que hoy en día tiene tres estrellas Michelin, y con más esfuerzo y dedicación, me gradué en el mes de agosto de 2016. Y aquí, con esta gran noticia es donde comienza mi historia.
El día de mi graduación mis padres decidieron darme de regalo un viaje a Estados Unidos, así que en el mes de octubre viajé junto con mi padre a conocer este país.
Todo parecía un sueño y sentía que estaba viviendo la mejor parte de mi vida, pero un día las cosas cambiaron, esa vida cambió, y no supe por qué. Un día empecé a sentirme mal, me empezó a faltar el aire y no podía respirar bien, porque mi garganta estaba muy inflamada, y como consecuencia de ello me desmayé. Mi padre, muy preocupado por lo que me sucedió, me llevó de inmediato al hospital.
Todo parecía un sueño y sentía que estaba viviendo la mejor parte de mi vida, pero un día las cosas cambiaron, esa vida cambió, y no supe por qué. Un día empecé a sentirme mal, me empezó a faltar el aire y no podía respirar bien, porque mi garganta estaba muy inflamada, y como consecuencia de ello me desmayé. Mi padre, muy preocupado por lo que me sucedió, me llevó de inmediato al hospital.
Allí inició la peor parte de mi historia, luego de muchos exámenes y de muestras de sangre, me informaron de mi enfermedad. No sabía aún qué pasaba, no podía dimensionar lo que estaba ocurriendo y no quería comprender lo que me decían, pero no podía simplemente no escuchar lo que decían: “lo siento mucho”, “lo sentimos mucho”, era lo que decían los médicos. Sí, ya era un hecho, me informaban que tengo cáncer, el tipo de cáncer es llamado linfoma tipo ‘hodgkin’. No sabía qué hacer, ni qué decirle a mi mamá, a mis hermanos y a mi novio, quienes estaban en Colombia. Un miedo invadió mi corazón, pero era un miedo que jamás había sentido, era el miedo de saber que tenía una enfermedad que jamás había pensado que me daría. “Tengo cáncer, no sé qué hacer, qué decir, qué pensar”, era lo que pasaba por mi mente en ese momento. Lloraba y pensaba que mis sueños acabarían más pronto de lo que los había planeada, muchísimo más pronto.
Uno de mis mayores sueños con mi pareja siempre ha sido tener una familia con dos hijos, incluso ya sabemos cómo llamaremos al primer hijo, si es niña la llamaremos Juanita, y si es niño lo llamaremos Juan José. Esta ha sido una de las partes más difíciles del cáncer, la que más me ha dolido. Sin duda saber que mi futuro y mis sueños puede que no se hagan realidad, me lastima mucho el corazón.
En fin, la noticia de esa noche en el hospital cambió toda mi vida.
Y entonces inició el tratamiento de las quimioterapias, en el Memorial Regional Hospital, mi número de historial médico es el 5559645. La primera fue la más dura y la que más me afectó emocionalmente porque al cabo de unos días, tuve que soportar ver cómo se me caía el cabello. Aunque todos los médicos me decían que se me caería el cabello, no creí que esto me fuera a afectar tanto, pero aquella noche en que pasé por mi cabeza mi mano y se me quedó un gran mechón, no pude contener las lágrimas. Ver lo que me estaba sucediendo, ver cómo se me caía el cabello, como todo en mi vida había cambiado de un momento para otro, estaba destrozándome por dentro.
No logro entender cómo es que en una sola noche todo en mi vida cambió, todos los planes y todos los proyectos. Pues pasé de luchar por ser la mejor cocinera, la mejor en lo que hacía, a luchar por mi vida, a luchar por no permitir que mi vida acabe tan pronto.
Y con todo eso, las cosas se ponían más difíciles, pues estando en un país que no es el mío, como turista, se me dificulta acceder a los servicios de salud; ya no me podían continuar el tratamiento ni las quimioterapias pues el precio que me dieron para ello estaba totalmente por fuera de mi alcance, pues están entre los 10.000 y los 15.000 dólares. Actualmente llevo 4 quimioterapias realizadas y me hacen falta doce (12)
Y esto es lo que me ha llevado a escribir esto. Mis ganas de seguir viviendo, de luchar por ser la mejor cocinera, de tener muchos años por delante para formar mi familia y un día conocer a Juanita o a Juan José, me tienen hoy redactando esta carta a ustedes para que por favor me ayuden a acceder a mis quimioterapias, a mi tratamiento en este país ya que aquí ya inicié con él.
Gracias anticipadas por su gran ayuda.
Gracias anticipadas por su gran ayuda.
Quienes en verdad puedan ayudar a Julianita por favor escribir al correo giovannetti2@hotmail.com
¡Dios los bendiga, la Virgencita los proteja y que el Ser Supremo quintuplique su infinita generosidad!
Acá, otras obras sociales que tenemos por realizar:
¨La historia de dos invidentes, discapacitados como su hermana, un radio y un acordeón¨ Ayuda urgente
Ayuda para Wilson, abuelos de Andagoya y Sala de Informática para escuelita
Acá, algunas campañas que hemos llevado a feliz término:
Misión cumplida ¡Josmer ya tiene su silla de ruedas de motor! pero ahí no para la ayuda
¡Misión Cumplida! Adrianita tiene su cama eléctrica y silla de motor
Misión Cumplida, ¡Jaimito ya tiene cama y silla de ruedas eléctricas!
giovanniagudelomancera
periodista
Tarjeta Profesional #8356 Expedida por el Ministerio de Educación Nacional
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