22/2/13
Los partidos políticos burgueses han pasado de partidos con un ideario filosófico de derecha a ser unos partidos sin ninguna ideología, inmersos en la más profunda corrupción derivada no sólo del robo de las arcas del estado sino también inmersos en la narco-paramilitarismo.
En los tiempos de Lleras Restrepo ya empezaba a verse la corrupción del sector « político », el llamado « país político », la cual adquiriría dimensiones extraordinarias con el paso de los años hasta llegar a la epoca del urubismo-santismo, cuando ha llegado a dimensiones inverosímiles.
Las prácticas clientelistas, con gamonales, compra-venta de votos a cambio de dinero o en « especie » (una bolsa de cemento, una botella de ron, una beca para estudios de los hijos, etc), se siguen practicando hasta el día de hoy y el zarpazo a los dineros del estado, de todos los colombianos, son algunas de las prácticas corruptas de esos partidos políticos que « eligen » alcaldes y consejos municipales, gobernadores y asambleas departamentales, congresistas y presidentes.
Desde la década de los ochenta vino a corromper aún más a la clase política el fenómeno del narcotráfico, y ya en la Costa Atlántica se daba el contubernio impúdico entre políticos y narcotraficantes (Edgardo Vives Campo y Miguel Pinedo Vidal con narcotraficantes como Lucho « Barranquilla » o el famosísimo « Maracas, quienes participaban del envío de alijos de marihuana a Usamérica, y posteriormente en la protección al « Don » Hernán Giraldo y su exportación de cocaína), hasta la participación de los narcotraficantes en la vida política nacional (Carlos Lehder y el « Don de Dones » Pablo Escobar Gaviria).
La alianza de la « clase política » con el narcotráfico es, pues, desde los inicios del fenómeno criminal y su utilización por los militares para adelantar las tareas contrainsurgentes datan desde esa época, en alianza con terratenientes-ganaderos, alianza que ha sumido al pueblo colombiano en la más dramática crisis humanitaria vivida por un país y un pueblo. La narco-paramilitarización como fenómeno de corrupción de los partidos burgueses colombianos no es nueva y, por el contrario, la « clase política » con su olfato para descubrir fuentes malhabidas de riqueza encuentra en éste fenómeno narco-paramilitar su complemento ideal para continuar usufructuando los dineros estatales y los dineros ilegales, criminales, del narcotráfico.
Hoy día, la crisis de esos partidos burgueses no tiene necesidad de ser probada ya que todos los días hay escándalos de corrupción de « cuello blanco » y de corrupción narco-paramilitar. Baste decir que en el Congreso colombiano persiste un 35% de sus parlamentarios ligados directamente con las bandas de criminales narco-paramilitares, que hoy son llamados BACRIM por un « cabezazo » del general Naranjo, tratando de disfrazar los neo-narco-paramilitares, quienes siguen realizando masacres, desapariciones, ejecuciones, y desplazamiento para apoderarse de las tierras de los campesions e indígenas.
No sobra recordar que en el anterior Congreso fueron condenados 40 parlamentarios por sus íntimos vinculos con el narco-paramilitarismo, lo que se conoce con la Narco-para-política, y 80 más siguen siendo investigados por la « justicia » colombiana, y que hoy se sientan en los sillones del Congreso miembros del narco-paramilitarismo camuflados en partidos como el PIN, partido Conservador, partido Liberal, Partido de la U (Santos y Uribhitler) y partido Cambio Radical, los cuales suman casi treinta parlamentarios, los cuales son utilizados impúdamente por el gobierno para aprobar sus cuestionados proyectos de ley.
No más ayer un parlamentario de Cambio Radical, partido de Germán Vargas Lleras, ministro del gobierno de JMSantos, ha sido llamado a juicio y el expresidente Uribhitler anda enloquecido buscando un candidato para enfrentarlo a JMSantos en las elecciones de 2014, y según algunas fuentes ese ofrecimiento ha recaído en el general (r) Óscar « cocaína » Naranjo, quien tiene en su historial un hermano que purgó condena en Alemania por narcotráfico (« Qué bonita familia, qué bonita familia »).
Los « coqueteos » de Uribhitler al general (r) Óscar ”Cocaína” Naranjo no son tampoco un fenómeno nuevo, mas bien es el sumum de la falta de ética que padecen esos partidos políticos burgueses, quienes ayer eran Uribistas, hoy son Santistas, y mañana Vargas-Lleristas, arrimándose « al sol que más los alumbra ».
La corrupción sólo podrá ser vencida por partidos con altos principios ideológicos y valores morales a toda prueba, que combatan con todas sus fuerzas todos los métodos de corrupción que se han implementado en el país. La verdad es que nuestra esperanza está cifrada en los partidos populares que surjan de un Nuevo País, en Paz con justicia social.
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