Hernando Vanegas Toloza, Cartas desde Estocolmo.
Cuán equivocados están los gubernamentales con toda la
alharaca que han armado por la presencia de algunos de los comandantes de las
FARC-EP en Conejo (Fonseca). O más que equivocados hay mala voluntad por parte
del Ejecutivo y su temporal, JM Santos.
Será cierto que lo que esconde la ”pataleta” gubernamental
es que ellos han perdido la iniciativa ante unas insurgentes FARC-EP que sabe ”por
dónde es que le entra el agua al coco” o ”la pecueca a la cañandonga”… O será
cierto que lo que buscan es otro objetivo, que por lo oculto es más preocupante…o
será que es tanto el miedo que le tienen a los ”enemigos de la Paz” –que ahora
tratan de subirse al tren llamado ”El expreso del Sol”- que piensan antes que
ellos lo que van a decir…
Sea como sea, la verdad que ”Conejo” mostró cómo es que hay
que hacer Pedagogía de Paz sin ningún tipo de ”conejo”. No haremos una correcta
”Pedagogia de Paz” desde solamente los perfumados salones de la Capital y desde
las otras ciudades colombianas. Evidente que desde los salones comunales y
barriales es desde dónde debemos adelantar la Pedagogía de Paz. Tambien, claro
está, desde las zonas que han vivido la guerra, guerra que -no nos cansamos de
repetir- fue y sigue siendo causada por el Estado en su conjunto que la ha
llevado a desembocar en un Conflicto Interno, en sus dimensiones armada,
económica, política, social, cultural.
Llama la atención que los funcionarios gubernamentales
griten histéricamente y manifiesten su pretensión de impedir que el pueblo se
exprese –como siempre lo han hecho desde el Estado- y planteé su visión de Paz
porque, en primer lugar ello demostraría su sintonía con la visión de las FARC-EP,
y en segundo lugar, como si quisieran impedir el accionar político de las
FARC-EP desde ya, desde antes de la firma de los Acuerdos. Barruntar esto de
esta manera es un mal presagio.
No puede haber Paz sin participación popular, sin el Pueblo.
El Terrorismo de Estado convirtió en objetivo de guerra las comunidades que
vivían y viven en las zonas en donde se desarrolla el conflicto armado,
aplicando aquello de ”secarle el agua al pez”. Hoy está demostrado que ni con el
Plan Colombia y sus tres fases –Colombia, Patriota y Consolidación-, fue
posible cumplir con el objetivo de aislar la insurgencia armada de la población
civil, es decir, del pueblo.
Por el contrario, la alegría que se evidenciaba en los
rostros de los habitantes de Conejo ante la presencia de los comandantes de las
FARC-EP demuestran que el pueblo valora acertadamente el enorme sacrificio que
los guerrilleros han hecho para alcanzar la Paz y por convertir Colombia en un
país en ”Paz con justicia social”. Esta verdad es incontrovertible y yo creo
que fue lo que asustó nuevamente a los funcionarios gubernamentales, incluídos
el mismo presidente JM Santos.
Los estatales siempre sienten un temblor en el fundillo cada
vez que el pueblo se manifiesta mostrando sus deseos de Paz. Eso lo sabemos los
revolucionarios desarmados, legales, y cada vez que a ellos ”les tiembla el
asterisco” comienza la matazón. El temor a la participación política del pueblo
–como la Pedagogía adelantada en Conejo- es una constante estatal y la causa
del Terrorismo de Estado, terrorismo que les garantiza continuar atornillados
al poder.
No es la manera correcta de mostrar deseos de reconciliación
por parte del Estado y sus funcionarios. Definitivamente siguen ”meando fuera
del tiesto”. El problema es que sus asquerosos orines le caen es al pueblo.
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