Allende La Paz, Cambio Total.
Los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos, y el de
Estados Unidos, Barack Obama, se reunirán para ”celebrar” los 15 años del Plan
Colombia. Es menester recordar que el tal Plan fue iniciado durante las
administraciones de Andrés Pastrana –Colombia-, y Bill Clinton –Estados Unidos-.
Pastrana recibió el Plan Colombia de la mano de los gringos después
que las fuerzas militares estatales colombianas hubieran recibido los más
grandes golpes propinados por la insurgencia colombiana en toda su historia.
Acciones militares de gran envergadura con el asalto, copamiento y vencimiento
de fuerzas militares estatales por parte de la insurgencia, que como corolario
habían producido la desmoralización de la tropa y su no deseo de combate, toda
vez que en esa época se dieron cuenta que estaban peleando una guerra que no
era de ellos, sino de la oligarquía.
Cuando el cuatrienio de Pastrana se acercaba a su fin y
habían adelantado la re-ingeniería de las fuerzas militares estatales, Pastrana
recibió la orden de los gringos de patear la Mesa del Caguán, como en efecto lo
hizo. El Plan entregado a Pastrana quiso ser ”dorado” como un Plan con un
componente ”social” y con la mentira de que era un Plan no militar. Hoy, 15
años después, la propia prensa burguesa clama ”por un nuevo Plan Colombia, ya
no centrado en lo militar, sino con el principal objetivo de crear tejido
social en paz” (El Espectador).
Según la administración Clinton el Plan Colombia estaba
centrado en tres ejes fundamentales: Lucha contrainsurgente, lucha contra las
drogas y componentes ”social”, amén de la mencionada ”modernización” de las
fuerzas militares estatales. La presentación del Plan Colombia no pudo ser más
desafortunada. Hubo 3 diferentes Plan Colombia que se entregaron según el
interlocutor. El que entregó Pastrana a los colombianos –a regañadientes-, el
que entregó a la Comunidad Europea, y el de los gringos. Las mentiras, los
presupuestos por debajo de la mesa en ambos países, etc, demostraban que el
mencionado Plan era totalmente un instrumento de la nefasta injerencia de los
Estados Unidos en la vida de Colombia y en su soberanía nacional.
Después de 15 años está claro que nada ganó el gobierno con
el mencionado Plan Colombia. No se ganó ni la lucha contra la insurgencia, ni
su excusa, la lucha contra las drogas (que permitió –y permite- la nefasta
injerencia estadounidense en latinoamérica), y los grandes damnificados han
sido los campesinos, los estudiantes los obreros, las mujeres, los niños, que
han caído bajo el Terrorismo de Estado de la DSN, receta gringa aplicada por
los oligarcas en el poder y sus fuerzas militares-narcoparamilitares. Ahí están
las escalofriantes cifras de asesinados, de desaparecidos, de ejecutados
extrajudicialmente (falsos positivos), de desplazados forzados, que corroboran
que los únicos que han sido sacrificados por el Plan Colombia han sido los
colombianos pobres, en tantolos gringos continúan la depredación de las
riquezas de nuestro país.
Las FARC-EP, con su accionar político-militar, forzó la Mesa
de Conversaciones –prueba que nunca fueron vencidos por el Plan Colombia- y
estamos ad-portas -todos los colombianos- de lograr un Acuerdo General para
finiquitar el Conflicto Armado. Es claro que las FARC-EP nunca han pretendido
tomarse el poder mediante las negociaciones. Ese es un engendro en las mentes
retardatarias de la oligarquía colombiana. Las FARC han buscado defender los
derechos humanos de los colombianos –desafectos del poder-, e impedir que la
acción reivindicativa y política reciba tratamiento de guerra, es decir,
ampliar las avenidas de la democracia burguesa para con la acción política de
los colombianos pobres construir y modernizar nuestro país en vías de alcanzar
la democracia socialista, la única y verdadera democracia. Esa democracia
burguesa tiene que garantizar la tenencia de la tierra y bienes materiales, no
solo a los burgueses, sino también a los creadores de riquezas, los campesinos,
los obreros, los trabajadores.
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