Allende La Paz, Cambio Total.
De entre la bruma de las festividades va despuntando nuestra
realidad. Los colombianos pobres nos endeudamos hasta los tuétanos para poder
brindarles –y brindarse- una pequeña y costosa porción de ”felicidad” a
nuestros hijos. Para ellos nos vendemos a las mafias. Mafia del capital, mafia
del narcotráfico, mafia narco-paramilitar, mafia política.
A la par, los hechos políticos se siguen produciendo en La
Habana en búsqueda de una nueva patria, la Nueva Colombia. La que soñamos y
anhelamos todos. En paz, con justicia social, democracia, independencia y
soberanía nacional.
Para ello, tenemos que construirla, lucharla. Lucharla
contra los oligarcas que han permanecido en el poder más de 200 años y han
convertido el asesinato de sus conciudadanos la forma de atornillarse en el
poder. En esta ocasión van más de 7,5 millones de víctimas, entre víctimas
mortales y desplazados con robo incluído de sus tierras.
Víctimas que para resarcirlas hay que demostrar un mínimo de
verdad. No es con cifras mentirosas y manipuladas como construiremos la Paz. Es
enfrentando la verdad. Y la verdad pasa por el reconocimiento real de las
Victimas del Terrorismo de Estado. El Informe Basta Ya! –lleno de
incompletitud- había contabilizado que el 83% de las desapariciones forzadas y
masacres, el 97,7% de las desapariciones, el 100% de los desplazameintos, eran
responsabilidad estatal.
Ahora, desde el gobierno santista-uribista publican otras
cifras que pretenden ”lavarle el rostro” a los crímenes ideados y cometidos
desde el Estado. Dizque la responsabilidad estatal es de 28.000 asesinatos! Sin
despreciar ésta cifra, la verdad es más aterradora. Las víctimas mortales
sobrepasan el millón de personas asesinadas en el marco del conflicto interno.
Es que en Colombia matan no solamente a los guerrilleros, sino a los que osan
luchar por mejorar sus condiciones de vida, al que piensa diferente, al ”raro”.
No, señores! El Terrorismo de Estado de la DSN es la
doctrina que permite el asesianto impúne de los colombianos pobres. Es una
política de Estado. Para ello tienen a las fuerzas militares-narcoparamilitares
para aplicarlo. Los narco-paramilitares, a quienes desde el Estado y sus
gobiernos quieren colocar como una ”rueda suelta” que funciona por la ”criminalidad”
de los colombianos. Fue desde los batallones y brigadas de las fuerzas
militares de donde salió ese engendro asesino de los colombianos pobres. Fueron
los sectores de la clase política sus apoyadores, prohijadores y en algunos
casos hasta sus miembros criminales.
La historia colombiana está plagada de ”casos aislados” de comprometimiento
de militares y politiqueros tradicionales en las maquinarias criminales del
Terrorismo de Estado. Esa historia no podrá ser revisada ni podrá ser olvidada
y tirada a la basura. Casos que demuestran axiomáticamente que el Terrorismo de
Estado es la única política estatal desarrollada para los estratos pobres.
Ningún rico –como en la guerra- ha sido ”tocado” por el Terrorismo de Estado.
Podrán producir miles de ”Informes” como los mencionados,
pero los colombianos pobres sabemos la verdad. Por ello, en la construcción de
esa Nueva Colombia transitaremos agarrados de las mano todos los sectores
populares. Víctimas, sindicalistas, obreros, campesinos, estudiantes, mujeres,
niños, ancianos, todos. En esa construcción, evidentemente, tendremos que
derrumbar los cimientos que han posibilitado la implementación de políticas
contraria a los intereses del pueblo.
Este año será pletórico de jornadas por la Paz. Estamso
preparados!
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