Allende La Paz, Cambio Total.
La retrógada actividad de la ”extrema derecha” en Colombia
casi que ha hecho olvidar la actividad de la derecha rancia. Esa derecha
pretende –con ocasión de la Mesa de Conversaciones de La Habana- ”pasar de
agache” y que todo pase por su principio de ”aquí no ha pasado nada”.
Lo primero que hay que señalar que la derecha –representada en
los partidos liberal, conservador, la U y demás especies de la jungla
politiquera colombiana- es un "dechado" de anacronismos y principios
retrógrados, que son las que tironean al país hacia atrás, nunca hacia
adelante. Ejemplo de esto lo tenemos en la Constitución del 91, un catálogo de
buenas intenciones que se quedó en el papel –como toda la legislación- y nunca
ha podido implementarse lo poco de positivo que tenía y, por el contrario, la
actividad parlamentaria-presidencial ha retrotraído al país a las más nefastas
épocas de oscurantismo. Lo que sí han implementado los distintos gobiernos son
aquellas leyes que favorecen a los oligarcas, burgueses, como esa de eximir del
impuesto a la renta a los empresarios para dizque ”crear empleo”.
Los principios que rigen la ”democracia” colombiana son
principios del siglo 19, quizás más atrás. La corrupción es endémica y ella es
debida a que no hay visión de futuro y de servicio en favor de las grandas
mayorías (70% de pobres), desposeídas de lo más mínimo, un empleo y una
vivienda que le posibilite su sustento. La informalidad es pan de cada día y alcanza
el 60% de los ”empleos” que ofrece el país burgués, informalidad que golpea especialmente
a los más jóvenes.
Estamos viendo que el gobierno de Santos oportunistamente
quiere usar algunos acuerdos de la Mesa de La Habana para crear un ”marco legal”
para amarrar con una ”camisa de fuerza”
esos acuerdos y darle la orientación que el país burgués necesita, a su favor.
Es el caso de la ”restitución de tierras” que ha implementado casi nada en lo
relativo a la verdadera restitución y le ha servido al gobierno y sus bandas de
asesinos para masacrar a los dirigentes populares por la restitución de
tierras, en aplicación del Terrorismo de Estado de la Doctrina de Seguridad
Nacional, aplicado por las fuerzas militares-narcoparamilitares estatales.
Ese sustento –el Terrorismo de Estado de la DSN- es uno de
los pilares para mantener al país y al pueblo sumido sumido en las más
retardatarias y asesinas prácticas evidenciados en violaciones de derechos
humanos –ejecuciones extrajudiciales, desapariciones, masacres, y
desplazamiento-, que ha producido 1 millón de víctimas mortales a lo largo de
más de 50 años de guerra fratricida, decretada por la oligarquía cipaya y el
imperio ladrón de nuestros recursos naturales.
Los presidentes, el corrompido congreso, la corrompida
justicia, todos a una, adelantan la proposición, aprobación y puesta en
práctica de las leyes burguesas que constriñen al pueblo e impiden su ejercicio
democrático. Ese accionar reaccionario, troglodita, retardatario, tiene sus
exponentes y sus estandartes.
El pueblo sabe muy bien quiénes son. Cómo adelantan sus
políticas. Cómo asesinan sus dirigentes. Cómo asesinan a los que se acogen a
luchar dentro del marco constitucional burgués por cambiar el país. Por ello
apoyamos, con todo, el proceso de La Habana en la mira futurista de construir
un país, un Nuevo país, con una Nueva Constitución que salga de la refrendación
de los eventuales Acuerdos de La Habana.
Ese es el deseo de todos los colombianos de bien y nuestra
esperanza.
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