Allende La Paz, Cambio Total.
El parlamento colombiano –y con él el Ejecutivo- sigue su
carrera desenfrenada hacia el barranco de los mensajes equívocos y equivocados
al Proceso de Paz de La Habana. Esta vez –una vez más- por cuenta del Fuero
Militar.
Un Fuero Militar que actualmente constituye un monumento a la impunidad de los delitos de
todo tipo que cometen las fuerzas militares estatales en aplicación de la
Doctrina de Seguridad Nacional (DSN). El cual será el más claro mentís a lo que
se pretende alcanzar en La Habana.
En La Habana las FARC-EP ha planteado la necesidad de dotar
a las fuerzas militares estatales de una Nueva Doctina que entierre por siempre
la DSN, verdadero soporte del Terrorismo de Estado que ha dejado más de 966.000
víctimas fatales y más de 6,5 millones de desplazados internos, a los cuales se
les despoja de sus tierras que fueron a parar a manos de militares,
narco-paramilitares, ”empresarios del campo”, ganaderos-terratenientes.
Ese planteamiento fariano –que es el de todo el pueblo- conlleva
a ponerle un ”tatequieto” a los ”excesos” de las fuerzas militares contra la
población civil. Es evidente que esta política del ”enemigo interno” tiene que
acabarse si queremos que Colombia entre a la modernidad a través del proceso de
Paz.
Lo que se quiere no es perseguir a las Fuerzas Militares del
estado por el hecho de ser militares, sino aplicarles la justicia –como a todo
ciudadano colombiano- a aquellos que han cometido delitos aprovechando las
situaciones de orden público. No puede establecerse una categoría
constitucional de ciudadanos que están fuera de la ley porque ahí sí ”sería
Troya”. Y con una Nueva Doctrina Militar –Bolivariana- transformar las fuerzas
militares en defensoras de la soberanía nacional, papel que cada vez hacen
menos ante la presencia de militares estadounidenses.
Sobre la aberración que se pretende cometer, vale la pena
leer el artículo del presidente de la CCJ, Gustavo Gallón, publicado en El Espectador que reproducimos en nuestra página.
Allí consigna algunas de las aberraciones mencionadas y cómo la CIDH ha
condenado al Estado en relación con tal política. Además, no ha sido solamente
la CIDH la que se ha pronunciado sobre el ”monumento a la impunidad” que
pretende erigir el gobierno y su ”bocón” vocero, el MinDefensa. También la ONU
ha condenado estos intentos de implantar tan aberrante Fuero Militar, el cual –hay
que decirlo- ha sido ideado para ”contentar a los militares” ante lo que ellos
llaman la ”entrega de Colombia al terrorismo”.
Si seguimos por ese camino, no serán sólo los presidentes y los
parlamentarios, los que ”gozarán” de impunidad por los actos delictuosos
cometidos en ejercicio de sus funciones, sino también los militares que tendrán
con la nueva reforma al fuero más y más impunidad, en una categorización que
demuestra que en Colombia ”la justicia es para los de ruana”, para los que
crean la riqueza en nuestro país, es decir, los trabajadores de la ciudad y el
campo.
Que significa, ni más ni menos, que a un pobre le metan 25
años de cárcel por el robo de una ”gallina”, en tanto a un militar que ha asesinado X número de trabajadores lo ”premian” con la más absoluta impunidad.
Esa aberración no puede ser tolerada.
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